22.

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-No me hace ninguna gracia que hables con ángeles.-decía Dean mientras conducía y comía un trozo de tarta

-Te he comprado tarta, no tienes derecho a echarme ninguna charla ahora.

Dean se rió, tenía razón, le gustaba demasiado la tarta como para cabrearse con ella en ese momento. Pero tenía muchas cosas que decir.

-Pero que quede claro, los ángeles también son bichos.

-Son buenos bichos.

-No creo que te devolviera la vida por pura bondad, Ash. Quieren algo.

-Hazme un favor y cállate.-espetó enfadada poniendo la radio

-Solo intento protegerte.-gruñó de vuelta apagando la radio

-¿No te das cuenta, Dean? He estado sola dos años y no me ha pasado nada. No tienes derecho  a "protegerme"-se burló haciendo comillas con los dedos

-No voy a discutir más contigo, esto no es sano.-gruñó

-Tienes razón...-dijo ella con un tono de voz poco amigable-...quizás hice bien en irme, porqué no dejamos de discutir desde que te conozco.

-Sacas más veneno por la boca que palabras.-se quejó Dean

-Esto es ridículo, para el coche.-ordenó ella

-No voy a parar el coche.-respondió pisando el acelerador

Ash, sin ningún miramiento, cogió el volante y le dio una vuelta completa. Eso provocó que Dean pegara un frenazo y el coche terminara en la cuneta, justo donde quería Ash. Ella no titubeó al abrir la puerta:

-¡Estas loca! ¡Eres una suicida! ¿Quieres matarme?

-¿Ahora mismo? Es lo que más deseo.-cerró la puerta de un golpe y comenzó a andar por el costado de la carretera

-¡Ahí te quedas!-gritó arrancando el coche

-¡Te veo en el infierno!-le chilló de vuelta mientras se marchaba


Dean no dejaba de pensar en lo que había hecho mientras conducía, tenía muchos remordimientos. Había dejado sola a una chica en mitad de la carretera. Y no a una simple chica, era Ashley. La chica de la que supuestamente estaba enamorado. Su mal genio lo había llevado al punto de dejarla tirada, otra vez. Ahora estaba completamente seguro, una relación con Ash no iba a funcionar. Jamás, en ninguna circunstancia.

No tenía miedo de que le pasara nada, es una cazadora, sabe defenderse de camioneros y de bichos. Pero tenía mucho miedo de que decidiera no volver.

Mientras Dean conducía por la autopista camino de Utah, Ash caminaba por una carretera secundaria en la misma dirección. Intentaba evitar todos los pensamientos que le pasaban por la cabeza en ese momento. Quería evitar pensar que todo había sido culpa suya y de su cabeza dura. Además, llevaba tres horas andando, estaba desesperada.

-¿Castiel? Sé que no debo rezarte, pero me he quedado tirada en la carretera.

No obtuvo respuesta. Era raro, Castiel siempre respondía a sus llamadas. Levantó los hombros suponiendo que estaría ocupado con sus cosas de ángel. Fuera lo que fuera que hacían los ángeles. 

Cogió una salida de esa carretera secundaria y se metió en una taberna de un pueblo cercano a Utah. Estaba cerca, pero no lo suficiente como para ir andando antes de que anocheciera. Se tomó uno o dos tragos en la taberna, le encantaba el whiskey escocés. 

Luego volvió a salir al aparcamiento y escogió el coche que más le gustaba. Un coche clásico, de color marrón oscuro. Tenía pinta de viejo, pero le gustaba así. Se quitó la chaqueta y se la enrolló en el codo para romper la ventanilla. En menos de cinco minutos le había hecho un puente y ya conducía por la carretera.  

Condujo dos cuartos de hora hasta que el coche comenzó a hacer ruidos raros por la parte del motor.

-Oh, mierda.-susurró y le dio un golpe al volante antes de regresar a la cuneta

Ahí estaba, volvía a andar por el costado de la carretera como una idiota. Y encima se oían truenos a la lejanía, en cualquier momento se pondría a llover. Eso podía salir de cualquier manera menos bien. En seguida, escuchó un pitido detrás de ella. No se dio la vuelta. Escuchó un pitido tras otro hasta que decidió dirigir la mirada hacia sus espaldas. Era el jodido Impala de Dean.

-¡Lárgate!-gritó

-Déjame darte una vuelta, guapa.-devolvió el grito con una sonrisita odiosa

Ella se apoyó en la ventanilla de Dean y lo miró con la misma sonrisa:

-Si me tocas las pelotas, te romperé un faro.-dijo acariciando el marco de la ventanilla, luego siguió andando por la cuneta






The Huntress [ Winchesters / Supernatural ]Where stories live. Discover now