23.

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En seguida se puso a llover, pero Ash no dudó, siguió andando. En menos de 5 minutos ya estaba empapada. Dean se bajó del coche con su chaqueta de cuero en la mano.

-Entra en el coche, no seas niñata.-decía andando detrás de ella

-Déjame en paz, de verdad.-respondió agotada de discutir con él

Él la cogió del hombro y se detuvieron. La miró a los ojos con esa cara de preocupación propia suya. Algo pasaba con Ash. Siempre había sido arisca y antipática, pero nunca se le iría la olla de esa forma. Además, antes era mucho más cariñosa cuando estaba contenta. Dean la conocía desde que tenía 6 meses, era inevitable que se diera cuenta.

-Vamos a hablar. En serio. Sin discutir.-anunció antes de obligarla a entrar en el coche

Ya dentro del Impala, Ash agarró el brazo de Dean y le quitó la goma de pelo de la muñeca. Se recogió el pelo mojado en una coleta y se puso la chaqueta de Dean.

-Conduce.-ordenó

Dean echó el freno de mano y apagó el motor del coche.

-No. No hasta que me cuentes por qué estás así conmigo.

-No es por ti, no eres el centro del mundo, capullo. 

Dean puso el brazo en el respaldo del copiloto y se acercó a ella. En ese momento el olor de la crema de afeitar y de tarta tan característico de Dean la envistió. Claro que seguía enamorada de él. Ese olor la persiguió los dos años que pasó sola. Cada vez que olía a tarta pensaba en él. Y no había cambiado nada, aunque se hubiera tirado a Travis y a otros dos cazadores. Seguía siendo la misma y Dean seguía siendo el hombre que seguiría hasta el fin del mundo.

-He pasado dos años sola matando cosas, eso vuelve loco a cualquiera. ¿Crees que volveré a ser la niña tierna que te cocinaba tarta en un microondas de motel cuando estabas triste? No me jodas, Dean.

-¿Por qué estás tan enfadada conmigo? Te has vuelto tan fría y distante.

-¡Porqué te necesitaba!-le gritó indignada-¡Te necesitaba a mi lado! Estaba convencida que vendrías a buscarme.

-¿Crees que no pensé en hacerlo? ¿Crees que no me pasé dos años enteros pensando en qué podría haber hecho para que te quedaras? ¿Crees que no lloraba todas las putas noches? ¡Tú también me dejaste solo!-levantó la voz él

Estaban los dos llorando y gritando como llevaban haciendo desde que volvió. Pero Dean no podía soportarlo más, no podía seguir discutiendo con ella. Apoyó la cabeza sobre el volante y rompió a llorar. 

Ash jamás había visto llorar así a Dean, excepto la noche que la vio morir. Estaba en shock, no sabía qué hacer en ese momento.

-Dean...-susurró con lágrimas en los ojos-...Dean lo siento.-le acarició el hombro

Él no respondió, solo le dio un golpe al volante y se puso las manos sobre la cabeza mientras se calmaba. Pero Ash no quitó la mano de su hombro en ningún momento.

-Dean...-volvió a susurrar pero él la interrumpió

-¿Crees que quería dejarte tirada? ¿Que soy un gilipollas sin sentimientos? Ojalá tuviera estómago para dejarte sola en la cuneta y que hicieras tu puta vida.-dijo, esta vez casi en un susurro-Te quiero demasiado. Y estoy cansado de ver como las personas que quiero me abandonan.

Ash no dijo nada, simplemente lo agarró de la nuca y lo estrechó contra sí. Dean apoyó su cabeza en el cuello de Ash y dejó caer unas cuantas lágrimas más. Ash lo estrechó aún más hasta levantarse del asiento de copiloto y sentarse encima de él. Estuvieron abrazados durante mucho tiempo. Fue el abrazo más largo que había dado Dean, pero los dos necesitaban llorar y necesitaban estar en los brazos del otro.

-No volveré a dejarte, Dean.-le susurró al oído

The Huntress [ Winchesters / Supernatural ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora