30.

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John se acercó a Ashley y le cogió el hombro. Ella intentó zafarse pero era incapaz de negarle afecto al hombre que la crió después de tantos años. John la tomó por los hombros finalmente y la envolvió entre sus brazos. Ella apoyó la cabeza sobre su pecho como hacía cuando era pequeña y dejó caer la última lágrima de rabia. Respiró hondo y dejó ir a John.

Para entonces, él ya había conseguido enmanillarla a la puerta del coche agilmente.

Al sentirse atada como un perro volvió a enloquecer y dio una fuerte patada dejando su bota marcada en el coche.

-¡Eh!-gritó Dean indignado al verlo

John miró fijamente a Ash a los ojos. Seguía siendo una niña. Seguía siendo su niña. Aunque fuera una cazadora, la veía tan frágil en ese momento.

-Os vais a quedar aquí. No vais a intentar buscarme ni ayudarme. Esta lucha no os pertenece.

-¡Claro que sí! También era mi madre.-espetó Sam defendiendo a Ash-No pude conocer a mi madre. Y Ash no pudo conocer a ningún miembro de su familia. ¿En serio creías que te dejaría hacer esto solo?

Ash se sentó sobre la grava de nuevo, con la mano levantada y atada a la maneta de la puerta. No quería rendirse pero tampoco quería morir. No quería dejar a Dean ahora que por fin la correspondía. Tampoco quería dejar a Sam ahora que había vuelto. Y por encima de todo, no quería morir y que John sintiera que había roto su promesa. Tenía razones por las que seguir viva.

Antes de la muerte de Gibson todo era diferente. Se habría lanzado sobre la cabeza de ese demonio sin pensarlo dos veces. Su único propósito era cobrar su venganza, costara lo que costara.

-Tienes que dejar que vayamos contigo.-murmuró Dean para sorpresa de todos

John cambió su posado, estaba furioso. Dean era el único de sus hijos que nunca le había desafiado. Nunca le había llevado la contraria o desobedecido una orden suya. Pero el amor que sentía por Ash superaba la lealtad a su padre.

En menos de dos segundos, John había lanzado con cuidado a Dean sobre la misma puerta en la que estaba Ashley y lo había atado en la misma maneta.

-No voy a decirlo otra vez. No vais a venir, no me vais a buscar ni me vais a ayudar.-ordenó por última vez antes de cargarse la bolsa al hombro y comenzar a andar cuesta arriba de nuevo

Sam se agachó delante de Ash y Dean antes de sacarse una horquilla de pelo del bolsillo. Con la mano libre, Ash detuvo a Sammy acariciando su brazo.

-Se acabó, Sammy. Eres libre.-dijo casi en un susurro

Él negó con la cabeza. Claramente esa era su oportunidad de alejarse de la vida de cazador y cumplir sus planes. Pero no podía dejar que Ash viviera con todo ese resentimiento y la sensación de que no pudo hacer justicia. Y tampoco podía quedarse de brazos cruzados sabiendo que el demonio que le había arrebatado lo único normal de su vida estaba a la vuelta de la esquina.

Soltó la mano de Ash con agilidad y ella la dejó caer sin ganas. Se frotó la cara y ahogó un pequeño grito. Ese era el final.

Cuando Dean tuvo la mano libre le acarició el hombro a Ash. Ella suspiró hondo y miró a Dean con una expresión que no entendió.

-Se acabó la función.-murmuró levantándose con media sonrisa

Dean podría estar enfadado. De hecho, dos años atrás habría estado furioso al verla rendirse estando tan cerca. Se habría lanzado a su yugular chillando como un loco. Porque los Winchester no se rinden nunca.

En cambio, sabía lo que estaba pasando por la cabeza de Ash. En el fondo solo quería que todo terminara. Que John hiciera su trabajo y pudieran tener una vida normal. Quería los planes de Sammy y quería dejar de sufrir.

Dean sabía que no podía darle esa vida. Sabía que había nacido para cazar y que era lo único que sabía hacer. Tenía claro que nunca se casaría con Ash ni tendrían hijos. Que no podría darle una casita en el campo y una familia.

Así que se dio por vencido con ella en ese preciso momento. Se metió en el coche con el corazón en un puño y metió las llaves para encender el motor.

Ash lo observó de brazos cruzados desde fuera. Se acercó y metió la cabeza por la ventanilla. Estaba muy cerca de la cara de Dean y cuando abrió la boca para hablar dejó salir su aliento afrutado.

-¿Te vas?-dijo incrédula

Dean quitó el freno de manos en silencio. Y dio la vuelta a las llaves encendiendo el coche.

-¿Me vas a dejar? ¿En serio?-repitió con el mismo tono de voz

Él la cogió de la nuca y se la acercó más a sí.

-Te quiero.-susurró abrazandola con un solo brazo y ella sacó la cabeza del coche

-Yo también.-le acarició el pelo hacia atrás suspirando y aceptando que se estaban despidiendo

Quizás era que estaba cansada de luchar y de pelearse con Dean. Quizás era que de verdad ansiaba una vida normal. Quizás era que era mejor de esa forma. Fuese lo que fuera, dejó que se marchara.

The Huntress [ Winchesters / Supernatural ]Where stories live. Discover now