The Huntress [ Winchesters / Supernatural ]

37. El incendio

Extrañamente, Dean no estaba borracho buscando la comprensión de ninguna camarera facilona en ningún pub. Ni conduciendo temerariamente a 200 kilómetros por hora en una autopista desierta. Solo estaba tumbado sobre el capó de su coche con los brazos bajo la nuca. Ni siquiera bebía ni se autocompadecía, solo miraba el cielo negro nublado evitando pensar en que se había quedado solo. 

Estaba cerca del apartamento de Ash. De hecho, si hubiera querido, habría podido escuchar las risas histéricas de Ashley y Jessica jugando a un juego de mesa estúpido. 

Pero en ese momento, estaba completamente vacío de emociones y sentimientos. Se estaba bloqueando a todos los niveles para no pensar y no ponerse a llorar como un niño pequeño en su coche. Estaba tan concentrado en poner la mente en blanco que se quedó dormido sobre el capó. 

Ni en sus peores pesadillas podría haber adivinado el infierno que estaban viviendo Sam y Ash en cuestión de unos segundos. Y fue así, mientras Dean dormía en su capó justo en frente del edificio, como John y Jessica murieron. Como Sammy revivió ese trauma que tenía escondido en un rincón de su memoria al que no lograba llegar. Como Jess se quemó en el tejado y ese mismo demonio que la había quemado, le rompió el cuello a John cuando intentaba salvarla.

La alarma de fuego de la residencia sonó como un despertador para Dean y su primer instinto fue ir a buscar a su hermano y a Ashley. E hizo bien, porqué Ash estaba tirada sobre John paralizada y Sam intentaba sacarla del incendio sin fuerzas. Mientras sacaba a Ash en brazos, le envistieron todos esos sentimientos que llevaba reprimiendo. No podía evitar sentirse culpable, él había ido a buscar a Ashley cuando se sentía débil y solo y el demonio lo había seguido. Y les había destrozado la vida a Sammy y Ash.

En cuanto soltó a Ashley, ésta comenzó a dar patadas a todo lo que encontraba a su paso. Estaba furiosa, se sentía vengativa. Sentía toda esa rabia que había aparcado por John subir por su garganta. Sí, esa era la sensación, algo le subía por la garganta. 

Se sujetó a Dean para vomitar.

Sam simplemente lloraba agachado detrás del Impala, no era capaz de asimilar lo que había pasado. Lloró hasta que se quedó sentado, apoyando la cabeza en la rueda del coche. Lloró hasta casi perder la conciencia. 

Y Dean simplemente hundía su cabeza en el volante del coche, ésta vez sí, autocompadeciéndse y sintiéndose culpable por todo lo que había pasado. Pero incapaz de llorar porqué ya había derramado muchas lágrimas esa semana.