Capitulo XXVI

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Capitulo XXVI : "¿Abrirlo o no?"

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Capitulo XXVI : "¿Abrirlo o no?"

Perspectiva de Björn Hoffman

El sonido del despertador cumple su función, aunque no he dormido mucho que digamos teniendo mi mente divagando en tantas cosas, en tantas cosas que he de comenzar a hacer porque el tiempo simplemente no perdona. Son las seis de la mañana, a las afueras el día sigue gris, ya no llueve pero tampoco hay un sol presente queriendo salir. Tomo un suspiro estirando mi cuerpo a la vez que hago lo propio con mis músculos, que se relajan, un relajamiento que mi mente simplemente no puede conseguir al no descansar ni un solo segundo.

Tantas cosas que hacer, tantas cosas en las que pensar para al final llego al mismo pensamiento del día anterior, es tan frustrante. ¿Estoy listo para enfrentarme a un nuevo día sin ella? Supongo que aún no lo sé, no estoy cien por ciento seguro, quisiera odiarla para que esto sea mucho más sencillo pero supongo que eso con el tiempo pasara, tiempo que espero que pase rápido para poder continuar con mi vida; relajado y tranquilo, esa mujer no vale la pena que ocupe mis pensamientos.

Mientras tanto mi mente y corazón seguirán guardándole el luto mientras mi polla hará lo propio, espero que el luto de mi polla pase pronto ya que extraño mi apetito sexual por las mujeres. Sacudiendo la cabeza espanto aquellos pensamientos para nada productivos a la par que retiro la única sabana que me cubría, he dormido desnudo a pesar del frío ya que me considero un hombre caluroso, siempre he sido así. Con un movimiento rápido me coloco un bóxer bajando mis pies al frío suelo, una corriente de escalofrió recorre mi cuerpo pero lo ignoro al igual el sepulcral aire que por la ventana media abierta consigue colarse golpeando mis pectorales.

No me deprimo por nada, no me pienso deprimir porque no la tengo acá pues me ha dejado lo mejor de ella, que es su hija, aun no entiendo qué clase de humano haría eso de dejar a su hija a alguien que apenas conoce pero estoy agradecido de que haya hecho eso, de esa manera el dolor simplemente apenas se siente, de esa manera puedo seguir viviendo mi vida.

Poso mis azules ojos en la ecografía al igual que todos los días, está como siempre conservando su propio brillo especial, atrayendo miradas, robándome suspiros como su madre en su momento lo hizo. —Buenos días, princesa. —beso el frio cristal, quizás tontamente me imagino que es la piel de aquel bebe que nunca nació, por unos segundos me quedo emitiendo un rezo interno hasta que el sonido de los pájaros a las afueras me saca de mi ensoñación con su trinar, haciendo que me ponga de pie después de haber besado por segunda vez el mismo lugar.

Ya es momento de enfrentar este día que no pinta para nada bien.

La lluvia artificial que sale de la ducha golpea contra mi piel, forma su propio camino por cada centímetro de mi musculatura esparciendo en su trayecto el jabón, asegurándose de limpiar cada centímetro con ayuda de mi mano que no se cohíbe por ninguna parte, los cristales se empañan un poco. Dejo que todo pase, que las gotas de agua golpeen contra mi cabeza para de esa manera terminar de despertarme por completo, darme cuenta que no puedo ni debo dejar que me vean como un zombie, generar lastima en Sammy, mis amigos, mi familia o mis trabajadores no están en mis planes, nunca lo estarán. Todo lo que me pase lo he de llevar por dentro, en silencio, sin emitir ningún gemido de sufrimiento, seguir aparentando bienestar es la clave.

Mis Pervertidos II (Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora