Capitulo XXVII

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Capitulo XXVII: "El Inicio de todo"

Perspectiva de Christian Grey

Miro por el enorme ventanal de este piso, la distancia que hay entre mi lugar seguro y el suelo que parece aún recordar la lluvia de la madrugada nunca me había parecido tan corta, tan efímero todo el tamaño pero de pronto simplemente lo es, no importa mucho cuanta distancia haya entre este sitio y aquel lugar donde son libres. Mis dedos trazan lentos círculos sobre el frío cristal esparciendo el vapor que de mis labios expulso, dejando que el calor de la sala me rodee pero no es lo mismo sin ella, es una locura pero así lo es, hace mucha falta en este lugar, saber que va regresar, tener la esperanza de que me dará un beso al final del día o tan solo que seré digno de una de sus caricias. Eso es lo que necesito.

Un lento viento de aire puro pero a la vez frío se cuela por una ventana media abierta haciendo que suelte un pequeño gemido al este chocar contra mi mejilla que es cubierta levemente por la barba, un soplido demasiado parecido a la caricia de su mano tan suave como un pétalo de rosa.

A las afuera la vida como es de esperarse, se sigue desarrollando con normalidad, fuera de este departamento las personas siguen con sus propios problemas o labores que hacer, ansío un poco de esa normalidad que con sus tazas de café sostenidas y los periódicos en la otra mano emanan sonriendo o hablando por celular. Pego mi frente a la luna observando como si fuera un acosador como es que un hombre abraza a una mujer conforme le acaricia el vientre en un acto demasiado personal (esos deberíamos ser nosotros) las demás personas los ignoran continuando con su trayecto, ocupados en sus propios pensamientos, pero yo no, irrumpiendo con mis miradas un momento quizás privado siendo consciente de la envidia que despierta en mí,

He tenido de todo en la vida, pero tan poco de eso.

A estas alturas es obvio que se ven como dos pequeñas hormigas, pero trato de no perderme de ningún detalle dando un sorbo a una copa un tanto helada de whisky, tan fresco ingresa por mi garganta; podría pasarme toda una vida dando sorbos a este trago o mucho mejor bebiéndolo de sus labios haciendo de un manjar más delicioso nuestras lenguas al combatirse entre ellas, mezclando sabores.

-Tú sí que eres un ser increíble. -el hombre se cansa de observarme en silencio respetando mi privacidad, levanta una de sus cejas bien pobladas a la vez que me mira como si me hubiera vuelto loco, quizás lo estoy, lo más preciado que tenía se ha ido. Su cuerpo deja de reposarse en aquel abandonado pero a pesar de eso limpio piano, da unos pasos seguros que son observados atentamente por mí, admirando su manera de parecer fuerte cuando en el fondo está tan mal como yo. -Sabes que te duele como mierda estar lejos de ella pero de igual manera la mandas lejos, definitivamente eres un completo masoquista. -

Ignoro sus palabras sabiendo lo errado que está. Yo nunca he buscado otorgar está sensación de dolor en absolutamente nadie, ni he buscado que lo hagan en mí mismo; los látigos por más seguidos que adoren una parte del cuerpo nunca generarán está angustia que comienza a oprimir mi corazón sin ningún tipo de compasión, las cañas por más gruesas que sean no lograrán combatir con está angustia si la volveré a ver y los cinturones por más que caigan seductoramente nunca podrán compararse con la sensación de haberla perdido.

Mis Pervertidos II (Grey)Where stories live. Discover now