Capitulo XXI

3.2K 247 50
                                    

Capitulo XXI: "¿Un día normal?"

Perspectiva de Anastasia Steele.

Miro el techo, el blanco techo de está habitación aun continuando en el departamento de Björn, las sabanas continúan con sus caricias en mi cuerpo y yo para no sentirme tan mal me imagino que son las manos de Christian las que me acarician. Las ventanas están cerradas pero no hace falta sentir el frío que a las afueras se forma para sentirlo acá pues ya lo siento, siento el frio de la soledad en mi cuerpo al no estar acompañada de alguien, pero no de cualquiera sino de él. No decido aún que hacer, no decido cual es el paso siguiente a dar para poder solucionar todo con Christian, el orgullo que tengo me prohíbe pensar con claridad, pensar razonablemente.

Las once de la mañana ya son, es increíble que a pesar de haberme pasado la tarde anterior durmiendo aún lo haya luego hasta estas horas. Me remuevo en mi cama, preparada para enfrentar este nuevo día con trabas que se me presentaran pero estoy dispuesta a hacerlo. Copiando la actitud de Björn me quedo embelesada por un tiempo por la ecografía que descansa al lado del despertador que al parecer hoy no ha funcionado o simplemente no lo he escuchado lo cual no sería extraño ya que el sueño que tenía era difícil de romper, quería estar dentro de ese lugar tranquilo por un tiempo más, lejos de todos estos problemas que no dejan de presentarse.

Mis manos un poco temblorosas sujetan el portafotos que contiene aquella pequeña mancha tan especial, aquello mínimo que para ambos aún sigue significando mucho, en un corto tiempo se sumergió en nuestras pieles. Con mi yema froto la mancha, mientras con mi otra me acaricio el vientre sintiendo el temor de que algo parecido pueda pasar, no creo estar lista para enfrentarme a una pérdida como esa, no creo nunca estarlo y no quiero siquiera averiguarlo.

—Vas a tener un hermanito. —digo con una leve sonrisa, a pesar de todo sintiendo una extraña felicidad por esta segunda oportunidad que la vida me ha otorgado para ser feliz. Para ser plenamente feliz, aunque ahora no lo soy, sé que en algún momento encontraré la manera precisa para hacerlo. Para ser feliz al lado de aquel hombre con nuestro hijo en brazos. Doy un leve beso al frio vidrio, absorbiendo todos estos maravillosos sentimientos; sintiéndome viva, sintiéndome aún con una alegría latente en mi corazón. —Siempre te querré. —

Y eso es verdad, aunque no nació lo quise y lo sigo haciendo, siempre lo haré, siempre lo tendré presente porque es sumamente importante. Dejo con sumo cuidado la imagen en el mismo lugar donde estaba, para luego de unos segundos de haberme quedado viéndolo perdiéndome en maravillosos recuerdos de la adolescencia, ponerme de pie para seguidamente colocarme las pantuflas de Björn, me pongo también una bata decidiéndome bañarme luego de hablar con mi amigo, luego irme a mi departamento para pensar más claramente que es exactamente lo que hacer. Salgo de mi cuarto abrazándome a mí misma ya que el día está frío, está deprimente pero no debo permitir que este día me afecte a mí, influya en algo con la decisión que he de tomar.

Una sonrisa se curva en mis labios por la felicidad que la niña desprende al correr con sus pies pequeños formando un eco sobre el suelo de madera, se detiene delante de mí viéndome a la vez que yo poso mis ojos azules en ella después de haber visto a Björn, un poco más tranquilo señalándome con la cabeza la sala, seguro querrá hablar conmigo también.

—¿Hoy la niña más hermosa no va ir a estudiar? —suelta una ligera carcajada cuando mis labios se posan en su frente. Ríe muy feliz, alejada quizás de todos los problemas que han pasado, no estoy segura si sabe lo de su madre, pero si es que lo sabe en definitiva el hombre de ojos azules habrá acomodado un poco la historia para que no sea tan impactante.

Mis Pervertidos II (Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora