Mis Pervertidos II (Grey)

Capitulo II

Capitulo II: "¿Un hombre enamorado?"

Perspectiva de Björn Hoffman.

-Oh mi dios. –sus palabras entre jadeos profundos que llegan hasta el fondo de mi ser son el impulso que me anima a seguir haciendo espirales sobre su clítoris con mis expertos dedos, maravillado observo como cierra sus ojos donde antes me veía reflejado en el fondo de ellos, me maravilla darle placer. Siento como sus erectos pezones acarician mis pectorales al igual de una manera lenta al igual que mis labios se rozan levemente con los suyos entreabiertos. Sus uñas un tanto largas no dejan de arañar mi espalda, no dejan marcarme y eso únicamente es como un sabrosa excitación para continuar con todo esto, saboreo cada marca que me deja, saboreo cada segundo.- Oh, eres un dios. –

-Un dios que ama darte placer. –esa tan corta frase se escapan de mis labios rojizos e hinchado por el oral que le he realizado anteriormente, se escapa sin ser yo muy consciente de lo que digo. Ella asiente un tanto confundida, su cabello negro se pega su frente sudada. Sus pestañas acarician las pequeñas ojeras que se le han dibujado luego de pasar toda una noche sin dormir, desfogándonos de la mejor manera que sabemos hacer, follando como dos perros en celos, gruñendo y gimiendo liberando de esa forma los problemas. Sus parpados están cerrados pero sus piernas tan abiertas recibiendo las atenciones que le ofrezco con mucho gusto, mi húmedo capullo es como un largo y grueso clavo que se abre en ese caliente y a la vez húmedo agujero.- Siénteme. Siente como tu delicioso agujero asfixia mi miembro. –pronuncio haciendo círculos también manteniendo mi miembro bien enterrado en su interior, doy lento circulo moviendo mis caderas de esa manera copiando lo que hago en su clítoris con mis dedos, su botón de placer se da por muy bien servido. Me gusta ver como se arquea en la cama pidiendo más, que la folle más fuerte, he aprendido a leer su cuerpo.- ¿Te gusta sentir mi polla dentro de ti? –

-Me fascina, tanto como a ti te fascina que lo succione. –su aliento me llega, poniéndome los vellos de mis piernas de punta ante el delicioso olor, aún conserva el olor de mi semen en su boca y eso no hace que extrañamente me excite más, un gruñido se me escapa desde el fondo de mi garganta. Mi miembro siento como se vuelve más grueso dentro de ella, como engorda ante el delicioso lugar al que entra. Cada embiste que hago es magnífico, cada sonido de nuestras pieles chocando nos conduce más y más a la cima del clímax que nos espera, nos recibe con los brazos abiertos mientras más gemidos nos rodean.- Me fascina sentir cada centímetro de ti. –

-Es bueno saberlo porque no está en mis planes aún salir. –me quedo dentro de ella, clavado bien profundo en su interior, ella libera otro gemido placentero al estar clavado, un gemido que endurece mis huevos ceñidos en la base de mi tronco. Sus paredes vaginales están tan húmedas y perfectamente adaptas a mí, tan palpitante como su clítoris que no parece satisfecho con mi frote pues una de sus manos acompaña la mía, ambos siguiendo una perfecta sincronía acariciamos su clítoris, esa fascinante piel rugosa que hace que su rostro se crispe más de place, nuestros dedos se entrelazan formando círculos en esos pliegues ansiosos quizás por mi lengua pero no lo tendrá. Ahora solo quiero verla correrse. Nuestros dedos rozándose en su caliente entrepierna causan lentas corrientes eléctricas que generan que mi grueso glande dentro de ella vibre un poco, liberando en su interior un pequeño chorro, un pequeño adelanto de lo que se viene. Me gusta hacerlo sin condón. Me fascina correrme así, dentro de ella, sentir su liberación rodeando mi falo sin ningún molesto plástico que intervenga en esa sensación.- Me tienes vuelto loco, Mel. –