《43》

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Las pequeñas gotas de la lluvia se escuchaban cayendo provocando que él clima siguiera frío y perfecto para cualquiera que durmiera, pero no podía ser así ya que era hora de regresar a casa.

Los párpados de la rubia comenzaron a abrirse lentamente, para poder despertar completamente, froto sus manos en sus ojos y por último bostezo. Observo la habitación donde se encontraba, no había rastro de Camila ni de Farkle, se preocupo por él ultimo hasta que noto que se encontraba alado de ella en el mismo colchón. Río por lo bajo al escuchar los pequeños y casi inaudibles ronquidos de su amigo. Con cuidado de no despertarlo se levantó del colchón para dirigirse a su maleta donde busco la ropa más adecuada para la ocasión.

Peino su cabello en dos trenzas francesas y se maquillo porque sabía que al encontrarse con sus padres le espera una sesión fotografía, en contra de su voluntad claramente

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Peino su cabello en dos trenzas francesas y se maquillo porque sabía que al encontrarse con sus padres le espera una sesión fotografía, en contra de su voluntad claramente.

—Si tú estás lista. ¿Dime cuan tarde es?—preguntó el chico recién despierto causando ternura en su amiga.

—10 minutos para las 8:00

De un salto el castaño bajo de la cama dirigiéndose a su maleta tratando de buscar lo más rápido posible cualquier atuendo. A los 5 minutos se encontraba listo.

—Siempre me he preguntado ¿por qué las mujeres tardamos demasiado en arreglarnos y los hombres no?

—Porque las mujeres tratan de buscar perfección cuando ya la tienen. En cambio los hombres ya nos acostumbramos a nuestra fealdad.

Maya río demasiado fuerte mientras tocaba su panza que comenzaba a doler.

—Riley y tú quedan a la perfección—Comentó entre risas.

—Claro que no, en cambio contigo si.

La cara de Maya cambio de divertida a seria, no sabia como interpretar el mensaje.

—Quiero decir, tú y Riley, no yo contigo, claro que no, tu y yo no—dijo entre balbuceos cuando noto que alteró el ambiente.

—Si claro, lo sé—sonrió.

Salieron de la habitación entre juegos y bromas, siguieron las indicaciones de los servidores dejando sus maletas en los lugares asignados y subiendo a los transportes que los llevarían a casa. La lluvia no había cesado, seguí corriendo causando que el recorrido fuera más tranquilo y pacífico, los chicos iban a disfrutando la compañía uno del otro ninguno hablaba pues ambos tenían en su cabeza un solo pensamiento ¿qué pasará cuando regresen?. La rubia dejo de un lado la preocupación y colocó su cabeza en el hombro de su acompañante que sonrío por el gesto de  ella.

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