- Robert, no. - Volví a tomarlo por su brazo.

- Hayden, no quiero que me toques, no te quiero cerca, no voy a soportar verte y saber que estás con ese tipo, que las esperanzas que tenía contigo... - Miró al suelo y sacudió la cabeza levemente. - Todo eso es basura.

Intenté acercarme, pero él me tomó con algo de fuerza el rostro, con una sola mano.

- ¿No entendiste? Te quiero lejos, Hayden. - Miró detrás de mi. - Quédate con tu profesorcito, pero a mi déjame en paz.

Me soltó bruscamente y se fue, advertí la presencia de Andy detrás de mi en ese momento.

- Creí que él iba a hacerle algo. - Dijo, lo abracé y él a mi.

Pude verlo todo en sus ojos, pude ver lo destrozado que estaba. Robert no sabía lo que es ser rechazado, jamás en su vida le pasó. Yo lo sé porque desde que estábamos en el jardín de niños, las niñas se peleaban por él.

Aún así, nunca había visto esa expresión en su rostro.

Lo destruí, yo y sólo yo acabo de hacerle daño, como ninguna otra persona se lo había hecho antes, este es el fatídico día en que lo perdí.

- ¿Se encuentra bien? - Preguntó.

- Él ya no va a volver a hablarme, a mirarme si quiera. - Pude parar de llorar, pero aún me dolía hablar.

- Dele algo de tiempo. Tengo entendido que ustedes llevan años de ser amigos, eso no se acaba de la noche a la mañana, cuando se de cuenta del error que acaba de cometer vendrá a buscarla. - Me abrazó más fuerte. - Venga conmigo, necesita relajarse.

Andrew hizo de todo por hacerme sentir mejor. Me llevó a comer helado y también me llevó al cine, luego fuimos de vuelta al Hotel/Home donde de nuevo dormimos juntos.

Al siguiente día me dejo en casa en la mañana para que pueda hacer mi tarea y descansar un poco.


Los lunes siempre son más pesados, sobre todo si tu mamá no está y sólo te deja un mensaje en el que dice que volverá después.

Siempre es después, mamá. Has hecho que lo entienda muy bien.

Fui a la cafetería, al maravilloso Breng's, ocupé una de las mesas y esperé.

- Buenos días. - Volteé.

- Alexey, buenos días.

- Deberías ser más afectuosa considerando que yo soy quien te sirve la comida. ¡Ah! Y no olvidemos que me ignoras.

- Nunca te he ignorado.

- En el colegio, si.

- ¿Colegio?

- Si, nunca me saludas cuando paso a tu lado. - Se encogió de hombros.

- No te había visto, lo lamento.

- No te preocupes. - Sonrió. - El colegio es muy grande y tú muy distraída. Si tienes tiempo, mi turno acaba en un rato más, ¿Nos vamos juntos?

- Está bien.

- Bien, ¿Qué vas a ordenar? - Dijo, aún con una enorme sonrisa en el rostro.

- Ah, si. Quiero un par de panecillos de mora azul y un café, por favor.

- Ya te lo traigo. - Se acomodó la gorra.

Desayuné sola, creí que Andrew vendría aquí, pero nunca apareció. Pagué mi comida y Alexey y yo nos fuimos al colegio, hablamos de películas y de como yo no había visto la mayoría de ellas.

Alexey dijo que soy rara en el buen sentido, no sé como verle un buen sentido a ser "rara".

Al llegar al colegio me quedé sola, Alexey entró corriendo, no sin antes comentarme que había olvidado su práctica de fútbol americano.

- Señorita Hunter. - Colocó su mano suavemente sobre mi espalda, supe de inmediato que era él.

- ¡Profesor! - Dije nerviosa, miró a nuestro alrededor y se agachó, me tomó por mi nuca y me acercó a él para besarme.

- Hayden. - Sonrió.

- Andrew. - Acaricié su mano sobre mi mejilla.

- Lamento no haberla alcanzado hoy en la cafetería, debía reemplazar a Jennifer. - Tenía una preciosa sonrisa gatuna en el rostro, se veía radiante, majestuoso.

- ¿Jennifer? ¿Se refiere a la profesora de Música?

- Exactamente.

- ¿Reemplazarla en qué? Aún no inician las clases. - Miré la hora en el delgado reloj de mi muñeca.

- Si, pero ella es la encargada de abrir la sala de música y afinar el piano y la guitarra líder.

- ¿Sabe afinar un piano?

- Afinarlo, si, tocarlo. - Entrecerró los ojos y meneó levemente la cabeza. - No, por algo usted me enseña, ¿No?

- Bueno. - Agaché la mirada. - ¿Y qué le sucedió?

- Está embarazada.

- ¡Oh! Claro, los días de reposo para el cuidado del bebé.

- En varios años tendremos el nuestro. - Susurró, pero logré escucharlo.

- ¿Qué? - Lo miré sorprendida.

- Que ella no tuvo remedio. - Me sonrió emocionado. - Renunció, su marido se ocupará de todos los gastos y ella se ocupará de su nuevo bebé y de la casa.

- ¿Y sus clases? - Saqué una botella con agua de mi mochila.

- Una vieja amiga mía de la universidad vendrá a tomar la entrevista para el empleo. - Agachó la mirada.

- Ah, menos mal. - Le quité la tapa y comencé a beberla.

- Quiero ser sincero con usted, ella es una amiga, pero también es... - Soltó la bomba. - Es algo así como mi ex.

Mi garganta comenzó a arder cuando bebí un montón de agua de un sorbo, comencé a toser.

- Oh, Dios, ¿Se encuentra bien?

- Si, no se preocupe. - Hablar me dolía, el timbre del inicio de las clases sonó.

- Debe tener más cuidado.

- Bueno, si, estoy segura de que debo tenerlo. - Guardé la botella en mi mochila.

- Si lo dice por ella no tiene de que preocuparse, ella no es nadie comparada con usted. La respeto como una colega y la aprecio como una amiga, pero mi atención, mi cabeza, mi cordura y mi control le pertenecen a usted, Hayden Hunter, el amor de mi vida, dueña de mi todo y mi nada. - Sonrió.

- Se-Señor. - Me cortó.

- Estamos solos, Hayden.

- Andrew, me preocupa.

- ¿Qué le preocupa?

- Si esa mujer estuvo en su pasado, significa que logró llegar a su corazón, lo que significa que puede volver. - Suspiré. - Yo sé que no soy competencia para nadie y... - Me robó un beso corto, muy corto.

- Me alegra que le preocupe, eso significa que realmente le importo. - Sonrió. - No sabe cuanto la quiero. - Me tomó de la mano. - Como su profesor debo corregirla, no hay nadie que pueda hacerle la competencia a usted. Es hora de que vaya a clase. - Sonrió.

- S-Si... Andy, Señor, An... Usted entiende. - Salí corriendo.

Le di la espalda mientras que escuchaba como reía enternecido.

Señorita Inocencia [Andy Biersack y tu] (EDITANDO).Where stories live. Discover now