Sus manos me tomaron del brazo con firmeza.
-¿Puedes solo dejarlo a un lado y seguir con tu vida? Olvídate de lo que ha pasado entre nosotros y mírame como a un profesor normal. Al que debes obedecer y respetar.

-El problema es que no quiero respetarte. -susurré con un hilo de voz. Sus labios estaban tan cerca.
Sacudí la cabeza y me centré en lo que estábamos. No podía dejarme embobar.

Hubo un momento de silencio, en el que observé a Liam mirar mis labios por un instante.

-Debes de hacerlo. - dijo rápidamente.
-¿Y si no quiero? ¿Y si me niego? -pregunté desafiante.

-Nena... Tengo autoridad en el instituto. -amenazó.

-Canalla. -me solté de su agarre y di un paso atrás. -¿Se te olvida que te acostaste conmigo? Si lo digo te sacan como a un animal.

-¿Sabes? -me miró a los ojos. -Es tu palabra contra la mía.

-No me hagas reír tanto. -reí sin gracia. -Te puedo hundir, puedo hacer de tu vida un infierno, hasta tal punto en el que dudes de seguir viviendo.

-¿En serio? -comenzó a acercarse. -¿Crees que me asustas? -sentí sus manos agárrame de la cintura. Me atrajo a su cuerpo, estaba tan caliente.

-Suéltame. -exigí. Me apretó aun más duro. -Suéltame, Liam. -intenté alejarme.

-Puedo apostar a que no harás nada de lo que dices. -sentía su aliento en mi cara. -Se lo mucho que te gusto. -susurró.

-No seas convencido. -exclamé impresionada, intentando soltarme.
-Si no te gusto así como pienso...Entonces, ¿Qué hacías desnuda en mi cama? -una de sus manos fue a mi nuca.

-Quería joderte la vida.

-No. -sostuvo mi nuca con fuerza. -Querías que te follara, duro. -presionó sus labios contra los míos.

-Lia...-intentaba romper con el beso, pero su mano impedía que mi cabeza se moviera, por más fuerza que hiciera. Él era demasiado fuerte.
Mordió mi labio inferior con fuerza. Me quejé, sintiendo dolor. Y de pronto saboreé un líquido amargo: Sangre. Liam delineó con su lengua mi labio inferior, mientras yo intentaba alejarme.

-Animal. -con toda la fuerza que tuve, tiré de mi cuerpo hacia atrás y vacilé hasta caer en el suelo. -Sucio, animal, atrevido. -acaricié mi labio con mi dedo angular.

-¿Sabes como estoy en este momento? -se acercó, y me extendió la mano. Lo miré dudosa. -No querrás saber todos los problemas que causaste.

Me quedé en silencio.

-Dame la mano, te ayudaré a levantar. -habló él.

Se la di, y él jaló de mí hacía arriba.
-¿No me darás la clase? -pregunté con indiferencia.

-¿Acaso no me escuchas? -preguntó molesto.

-No, no te escucho. -me alejé.-No escucho a estúpidos como tú.

-Joder. -se acercó a mí.

-No me toques o te juro que grito. -amenacé.

-Mira...-habló desesperado. -Tienes que ir a una reunión mañana, te devolveré ese favor con lo que se te plazca.

-¿Cuál reunión? -pregunté confundida.

-Le hice creer a mí... Novia que eres la novia de uno de mis mejores amigos, ella quiere corroborar que es cierto.
-No voy a mentirle por nada del mundo. -me negué.

-Tú me has metido en este problema.
-No me importa. -me volteé.

-Te pongo diez en todos los exámenes de este semestre.

Mis ojos brillaron.

-¿Qué tengo que hacer? -reconozco que esa idea era bastante desagradable, pero por un diez en los exámenes estaba dispuesta a todo.
-Mañana debes acudir a una reunión junto con Zayn, el amigo del que te hablo. Sophia estará allí, le haremos creer que son novios y luego se termina todo. Es fácil.

-¿Adonde es la reunión?

-En la cafetería que queda a dos calles del colegio.

-Vale. -asentí indiferente.

-Bien. -lo sentí alejarse.

Me volteé y lo observé mientras tomaba su maletín. Se acercó nuevamente y me miró a los ojos.

-Lo siento. -susurró.

-Vete antes de que me arrepienta. -señalé la puerta.

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Seduciendo a mi profesor - Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora