No Te Impliques

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Por más que lo intento, no soy capaz de fijarme en el camino ni tampoco de averiguar hacia donde nos dirigimos porque mi mente está en el almacén con Rory. Sigo preocupada por él, pero tengo la esperanza de que Alec llegue a tiempo para salvarlo. Igualmente evito mirar al resto de pasajeros del todoterreno, aunque sé que Neville me está observando. Puedo sentir su mirada fija sobre mí y mi instinto me suplica que me encoja hasta desaparecer. Ojalá pudiese hacerlo.

-¿Será que me equivoqué contigo? - la pregunta de Neville me toma por sorpresa y salto en mi asiento - Te creía más belicosa.

-¿Belicosa para que me mate cuando no le guste lo que diga? - lo enfrento finalmente.

-No voy a matarte - sonríe y siento un escalofrío recorrer mi espalda - Me resultas más útil viva.

-¿Para venderme? - odio que mi voz pierda fuerza al final de la pregunta. No quiero darle la razón en eso de que no soy belicosa.

-Admito que con tu color de cabello, tu juventud y tu belleza - dice mientras toma de nuevo un mechón de mi cabello - serías una gran venta. Darían millones por ti si te subastase.

Trago con dificultad e intento que no vea el miedo reflejado en mis ojos, pero es difícil. Estoy aterrada y aunque no quiero imaginarme lo que me harían si llegase a venderme, las imágenes no dejan de aparecer en mi mente, atormentándome. Si llegase a hacerme eso, hallaría el modo de acabar con mi vida antes.

-Pero no quiero venderte tampoco - ríe al notar mi alivio - Eres más valiosa que eso para mí.

Sus últimas palabras no me consuelan. Ser su cautiva el resto de mi vida tampoco es una idea que me atraiga, sobre todo porque no sé qué esperar de él. Si es capaz de traficar con gente, sin ningún tipo de remordimiento, qué no me obligará a hacer a mí. Mi esperanza es que Alec logre detenerlo, ahora que sé que no entra en sus planes el matarme.

-Vivian era una mujer con carácter también - dice después de unos minutos en silencio - Cuando la conocí, me rechazó. Pero eso sólo me hizo interesarme más en ella. Me gustan los desafíos. Como tú.

-Yo no soy ningún desafío. Solo hacía mi trabajo.

-No lo niegues. Vi ese fuego en tus ojos al defender a la hija de Vivian.

-La hija de Alec - replico - Ella quería matarla.

-Cuando descubrí que estaba embarazada de otro hombre, ni siquiera me importó. La habría criado como mi hija, si Vivian me lo hubiese permitido - lo miro asombrada por lo que acaba de decir - No me mires con esa cara de sorpresa. Yo amaba a Vivian. ¿Tan difícil es de creer?

No respondo, porque tampoco sé qué decirle. En cierto modo, no puedo imaginar a un hombre como él entregando su corazón a nadie. Me parece de esos que sólo se mueven por intereses, no por impulsos amorosos. Pero eso es algo que me reservaré para mí, aunque por cómo me mira, creo que ya sabe lo que pienso. Empiezo a pensar que mi rostro es demasiado expresivo.

-Sí - comienza de nuevo - Amaba a Vivian. Su muerte fue un golpe muy duro para mí. Cuando me enteré de que su bebé sobrevivió, quise verlo.

-Y yo se lo impedí.