27

43.7K 4.3K 955
                                    

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

He perdido el apetito de golpe. De hecho, ahora siento náuseas. Me levanto y me alejo de la mesa. No sé si sentarme de nuevo o correr al baño, pero antes de que pueda decidirlo, Alec ya se ha levantado y se coloca a mi lado. Debo tener muy mala cara porque rodea mis hombros con un brazo y sujeta el mío por el codo. Yo me siento un poco mareada, desde luego. Me ayuda a llegar al sofá y nos sentamos en él. Su rostro está surcado por la preocupación y la necesidad de tranquilizarlo es tal, que llevo una mano a su mejilla para acariciarlo. Su mano cubre la mía al momento. Besa mi palma con los ojos cerrados y después los abre de nuevo para mirarme fijamente.

-¿Estás bien? - me pregunta. Creo que podría contestarse a sí mismo, porque cuando me mira de ese modo, siento que puede ver en lo más hondo de mi consciencia. Si algún día me dice que puede leer las mentes, lo creeré sin dudarlo.

-Sólo un poco impresionada - trato de restarle importancia, aunque en realidad mis tripas siguen revueltas. Ha sido muy impactante saber lo que está investigando. Mucho más para mí, que trabajo con niños.

Sé que esas cosas suceden con bastante frecuencia, pero la mente humana tiende a evadirse de las noticias que la disgustan o contrarían como mecanismo de defensa. Cuando oyes hablar de algo así, tu mente te hace ver que ha sucedido en algún remoto lugar del mundo, a gente a la que nunca pondrás rostro, como si eso no pudiese llegar a afectarte igualmente. Pero en esta ocasión ha sonado muy real. Alec lo ha hecho más tangible, más cercano. No hay forma de abstraerse de esto.

-Yo diría que más que un poco - sonríe sin ganas. Sigue preocupado, puedo verlo en sus ojos. Y no sé cómo hacer para que deje de estarlo, porque ni siquiera me creo capaz de fingir que no me ha afectado. Además, Alec tiene ese sexto sentido que le ayuda a saber cuando estoy bien y cuando no. De nada me serviría mentirle.

-Entiendo por qué te afecta todo eso - nuestras manos continúan unidas, ahora en mi regazo - Sólo pensar en que alguien pueda pagar para...

No soy capaz de terminar la frase, pero sé que Alec me ha entendido perfectamente. De nuevo siento esas horribles ganas de vomitar. Cierro los ojos con fuerza, intentando desechar las imágenes que se forman en mi cabeza. Visualizarlo no me va a ayudar a olvidarlo precisamente. No puedo entender cómo hay gente que siente placer en un acto tan vil y que está dispuesta a pagar para obtenerlo. Supongo que hay demasiadas mentes perturbadas en este mundo a las que les sobra el dinero. De cualquier otro modo, ese negocio ya se habría ido a pique hace tiempo.

-Lo siento - me dice y yo lo miro - No debí contarte nada.

-Yo pregunté, Alec - me niego a que se sienta culpable por esto.

-No importa. Debí negarme a contestar. No es un buen tema para tratar durante la cena. Ni en ningún momento, en realidad.

-Si vamos a hacer que esto funcione - nos señalo a ambos - no podemos empezar con mentiras o secretos.

-Es trabajo, Kath. No tiene nada que ver con esto - nos señala a ambos, haciéndome sonreír por un momento.

-Es tu trabajo. Forma parte de tu vida - aprieto su mano - Quiero saber sobre él. Tú conoces mi trabajo y lo que hago. Es lo mismo.

No Te ImpliquesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora