-Vuelvo ahora mismo - me dice - Disfruta de tu pequeño milagro.

En cuanto se aleja, mi mirada regresa a mi hija. Todavía no puedo creer que la esté sosteniendo. Sus manos acarician mi pecho cada vez que las mueve y siento el orgullo invadiéndolo por momentos. Mi hija ahora es más real que nunca y siento cómo palpita mi corazón al compás de su respiración. Si sentir su mano en mi dedo fue espectacular pero tenerla en brazos es indescriptible. El miedo a lastimarla se ha esfumado tan pronto como la he sostenido en mis brazos. Faith forma parte de mí y jamás podría hacerle daño. Tal y como me había dicho Kath en una ocasión, el instinto no es sólo cosa de la madre. Lo estoy aprendiendo ahora.

Solo noto que estoy llorando cuando Kath me pasa un pañuelo. La miro y descubro que tiene el teléfono en la mano. Seguramente ha estado sacando fotos para el recuerdo, como hizo la primera vez que toqué a Faith. Debería avergonzarme de salir llorando en ellas, pero no lo haré. Son lágrimas de felicidad, de la más absoluta y completa felicidad.

-Este es sin duda el momento que más me gusta de todos - me dice Kath - El primer contacto real entre padre e hijo. Nada se le puede comparar. He visto cientos de ellos y siempre me emociono como si fuese la primera vez.

La observo detenidamente y puedo ver sus ojos aguados. Está conteniendo las lágrimas a duras penas y algo me dice que eso no le sucede en todas esas ocasiones de las que habla. Siento un deseo irrefrenable de besarla, pero ni estoy en condiciones de hacerlo ni en el lugar adecuado. Ese beso tendrá que esperar.

-Si necesitas cualquier cosa, solo tienes que avisarme - continúa - Estaré cerca.

Toma otra foto y sonríe antes de dejarnos solos. Me centro en Faith de nuevo y vuelvo a acompasar mi respiración a la suya. Hay paz en el acto de sostenerla contra mi pecho. Muevo una de mis manos con cuidado para acariciarla y sonrío cuando mueve sus piernas. Incluso en esa posición pretende patalear. Es una luchadora, no hay duda de eso.

La siguiente media hora se me pasa en un suspiro y siento la pérdida cuando Kath se lleva a Faith. Estoy deseando sostenerla de nuevo. Me acerco a la incubadora después de abrochar mi camisa. Todavía siento el calor de mi hija allí donde estuvo apoyada y es muy agradable. Observo cómo Kath la coloca y la calma cuando quiere empezar a llorar. Al parecer ella también echa de menos mi contacto. O eso quiero creer.

-Pasaré a buscarte al finalizar tu turno - le digo a Kath en un susurro - No salgas sola.

-Está bien - no me mira.

-Habla con Duncan en cuanto puedas para que sepa que mañana te llevaré a su casa por la mañana.

-Mañana cambio de turno - me mira una vez Faith se tranquiliza - Entro a primera hora.

-Pues para que se quede por la tarde contigo - el deseo de tocarla es fuerte, pero lo resisto - Espérame en la cafetería.

-Lo haré, no te preocupes.

Nos miramos a los ojos por un tiempo indeterminado, hasta que finalmente me despido de ella de una manera demasiado impersonal. Odio no poder darle un beso, no poder abrazarla. Lo necesito para saber que va a estar bien.

Antes de marcharme, hablo de nuevo con el agente de policía para asegurarme de que se toma en serio su cometido. No voy a correr ningún riesgo. Faith y Kath son una prioridad para mí ahora. Nada más importa que su seguridad. En cuanto me siento conforme, salgo del hospital dispuesto a encontrar las pruebas que necesito para encarcelar a Brock Neville antes de que pueda hacer daño a quien más quiero.

Esto se está convirtiendo en algo personal y aunque sé que se debería mantener los sentimientos a un lado, me resulta imposible. Hasta que ese hombre esté entre rejas, no descansaré tranquilo. Cuando mi teléfono suena, lo cojo sin mirar quién es.

-McNeil.

-Ha salido de la cárcel - es Rory.

-¿Quién?

-Gavin.

-¿Qué? - me paro en medio de la calle - ¿Cómo es posible?

-Alguien pagó su fianza. En cuanto pasó a disposición policial, apareció su abogado y se ocupó de todo. Ni 24 horas han podido mantenerlo en prisión los muy idiotas - está furioso - ¿Qué clase de trabajo hacen? Han dejado escapar a su mejor baza para descubrir el origen de toda esta mierda.

-Por suerte nosotros sabemos por donde seguir buscando - le recuerdo, mientras camino de nuevo hacia mi coche - No se escapará de nuevo.

-La policía ha solicitado todos los informes que tenemos del caso. Los informes originales. Nada de copias.

-No pueden hacer eso.

-Al parecer sí pueden. Pero Thomas ha mandado hacer copias antes de que vengan por ellos. No van a impedirnos seguir con la investigación.

-Ya voy para ahí - le digo entrando en el coche - ¿Has averiguado algo sobre el todoterreno?

-Sí y no te va a gustar nada.

-Neville tiene uno - aventuro apretando el volante con la mano que tengo libre.

-Neville tiene el único - matiza.

-Maldita sea - golpeo el volante con rabia.

No Te ImpliquesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora