Treinta y uno

4.7K 373 52
                                    

—Sueltame Lynch.

Digo mientras intentaba quitar su mano de mi cintura, y lo logro cuando lo veo a los ojos, siento mis ojos llenarse de lagrimas.

— Solo no te vuelvas a acercar a mí, por favor.

Él me suelta, el empieza a caminar por toda la habitación y yo sigo parada en ese lugar, sin moverme, hasta que el vuelve a mirarme luego de minutos.

—¿Eso es lo que quieres?

Yo asiento, porque realmente no quería y no podía formular alguna palabras.

—¡Bien! Solo recuérdate— El señala su cabeza—lo que pasamos solo fue sexo— Ríe— No ganaste tú, ni yo, no hubo nada de amor.— Vuelve a reír—Hoy regresan tus papás ¿Que pasara? Volveré a mi casa buscare a Riley —Sonríe, el acomoda su chaqueta y pasa a mi lado.—Espero que no me andes rogando, porque te mandare muy a la mierda.

— Imbécil.

Grito cuando el sale, yo me apoyo en la puerta, para por fin derramar las tantas lagrimas que tenía acumuladas.

Se había dado cuenta quien realmente era Ross Lynch, él hombre que amaba, y si hubo un ganador... él.

Ross Lynch

Odiaba tener el orgullo así, pero no podía regresar a su habitación pidiéndole perdón, y rogando que regrese a ella, porque la quería mucho.

Era Ross Lynch, y su maldita reputación no me le permitía rogar por una chica.

Pero era la chica que cuidaba, y él su niñero.

— Ross.— Riker me hace un gesto para que lo siguiera, el se detiene enfrente de su habitación.— ¿Que paso allí dentro?

— ¿Que?— Suelto una risa nerviosa, maldigo en voz baja.

— Tuviste relaciones con Hazel ¿Cierto? A eso se refería con que pasaste los limites.— Yo bajo la mirada.— Demonios, es la chica que cuidas, Ross.

— ¿Y?—Lo miro— Riker me ella me atrae.

— ¿Sexualmente, acaso?

— No, bueno si pero no.—me miró raro.

— Explicate Ross.

— Hazel me gusta, creo, no creo ¡La amo!.— Riker empieza a sonreír— Ella es totalmente perfecta mierda sí, pero le acabo de decir que lo nuestro solo fue sexo.— La sonrisa que estaba en el rostro de Riker desapareció.

—¡Mierda! Ross ¿Que tienes en la cabeza?

—¿Cerebro?

Riker frunce el ceño viendome, suelto un suspiro.

— Si te gusta, ¿Porque demonios no se lo dices?

— Ayúdame.

Digo, el me mira fijamente, el suelta un suspiro para hablar, pero mi hermana lo interrumpe.

—Saben que soy curiosa no se que carajos te pasa Ross...Pero te ayudare.

Sonrío.

— Nosotras ya lo sabíamos— Leah camina hasta Riker para tomar su brazo— Te ayudaremos.

Los demás aparecen y me sonríen, yo me giro a Riker.

—¿Todos estaban escuchando?

— ¿Que dices? ¿Puedes ayudar a este idiota a recuperar a su chica?

— Riker.— Leah se pone de puntillas para besar su mejilla.— Por favor.

Riker sonríe viendola, luego me mira, él asiente.

— Hagamoslo.



Pero puede ser tarde...

Me gusta mi niñero. ➸Ross Lynch Where stories live. Discover now