Trece

10.5K 513 39
                                    

Habían pasado dos meses más luego de eso, que realmente me ponía realmente mal de tan solo recordarlo, mis padres se habían quedado un rato más conmigo, pero ellos tenían que seguir con su viaje, prometiendo hacer lo posible para pasar navidad conmigo, cosa que lo dudaba. Peor no podía evitar agradecer el gesto.

Yo no iba a culpar a mis padres, como lo hizo mi hermano, quien no supe nada más de él, ni mucho menos de mis tres hermanas restantes.

Mis padres también habían sufrido la muerte, y realmente yo no quería pelear con mi familia, porque yo era la que más tiempo paso con Fatima, y ella me había dejado.

— ¿Recuerdas la señora Smith quien siempre nos viene a cocinar luego de que yo casi incendio la casa?

Miro a Ross recostado en el marco de la puerta, yo sonrío al verlo.

— Sí, ¿Que pasa con ella?

— Nos invito a la fiesta de graduación de su hija, iremos.

Hago una mueca.

— Ross apenas iré a la fiesta de cumpleaños de Katherine.— Digo levantándome para agarrar el regalo que había comprado especialmente para ella.

— La señora Smith es muy gentil con nosotros.

— Lo sé, ella trabajo con nosotros cuando tú no vivías conmigo, y me cae muy bien su hija.

Suelto un suspiro para verme por ultima vez al espejo.

— Iremos, aun que hubiera preferido ir yo sola.

El empieza a reír.

— Lo que tu digas, preciosa.

Él se acerca a mi con una sonrisa, y yo no puedo evitar sonreír porque era demasiado... lindo.

— ¿Podrías llevarme al lugar donde se celebrara el cumpleaños de Katherine?

Digo separándome de él al darme cuenta que trataba de besarme.

— Sí.

(. . .)

— Al menos me hizo bien venir acá.— Admito llevando mi vaso a la boca.

Y no mentía, pensaba realmente decirle a Ross que regresara por ella, pero no podía hacerle ese desplante a una de sus amigas.

— Te lo dije, y agradezco que estés acá.— Katherine me abraza, y yo le correspondo el abrazo.

Katherine se separa de mí para ir con unos amigos quienes la habían llamado, yo sonrío al instante al sentir alguien abrazarme, era Luke.

— Te extrañe tanto.

Yo me volteo a verlo, y ambos sonreímos cuando nuestros labios se empiezan a unir en un cálido beso.

— La próxima semana te vas a Australia.— Luke asiente y yo frunzo mi ceño al ver que tenía puesta la mirada de Katherine en nosotros.

Pero lo debía dejar pasar.

— Lo sé, los chicos y yo necesitamos a nuestras familias.— Asiento mientras acaricio su mejilla, y el mantenía sus manos puestas en mi cintura.

— Yo seré la que te extrañe.

Ambos reímos para volver a besarnos.

Pero ahora me sentía demasiado mal.

No había sentido lo mismo al besar a Luke, porque sus pensamientos aún se enfocaban en Ross Lynch.

Su estúpido niñero.

(. . .)

Yo entrecierro los ojos al notar la mirada de Ross en mí cada que llevaba el vaso de leche a mi boca.

— Exijo que dejes de verme así.

Ross empieza a reír viéndome, el bebe su café aun teniendo su mirada fija en mi.

— Estoy tratando de descifrar porque eres tan hermosa.

Ahora soy yo quien empieza a reír.

— Idiota.

— Y así me amas.

Ruedo los ojos.

— Púdrete.

Él se levanta para colocarse en la silla vacía que estaba a mi lado derecho.

— Ven y púdrete conmigo.

Y él me besa.

Ross toma la parte de atrás de mi cuello para acercarme a él, y yo tomo el cuello de la camisa de Ross para también acercarlo aún más a mí, como si fuese posible. Ni siquiera habíamos notado cuando yo estaba sentada en sus piernas disfrutando de aquel beso.

Pero ahora yo me separo de él asustada al escuchar el ruido de su celular, él gruñe levantándose para tomar su celular que estaba cerca de su café.

Él sale de la cocina mientras contestaba la llamada, mientras yo me quedo sonrojada en la cocina por lo que acababa de pasar.

Me había gustado mucho.

— ¿Adivina que?— Yo me giro a él, tenía que pretender que nada paso.— Mis hermanos vendrán para esta navidad, y me pidieron que fuéramos por ellos, ¿No hay problema que se queden acá?

— Ninguno.

— Entonces podemos ir por ellos mañana temprano, que descanses Hazel.

Y él se retira... de nuevo.

Me gusta mi niñero. ➸Ross Lynch Where stories live. Discover now