Siete

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"¿Luke?" 

Coloco una mano en mi rostro al reaccionar de lo que estaba haciendo. 

"Sí, ¿Estas bien? pensé que irías solo al baño"

"Me sentía mal, cariño" Cierro la puerta del cuarto dejando a Ross dentro. "Pero estaba durmiendo hace unos minutos y ya me siento bien" miento. 

Me sentía pésimo con ambos chicos. 

"De acuerdo" Dice el no tanto seguro de lo que había dicho "¿Te parece si paso por ti a las diez de la mañana?"

"Si amor, te espero"

"Esta bien, te quiero, descansa."

Dejo mi celular en la mesita de noche para dirigirme a Ross que ahora me miraba con el ceño fruncido. 

  — ¿Que te ha dicho ese imbécil? 

Él se levanta para buscar su ropa interior y colocársela. 

  — Me ha preguntado si estoy bien.  

Ross rueda los ojos. 

  — ¿Y le dijiste que te hago disfrutar más en la cama que él? 

  — Púdrete Ross.  

Ross se acerca a recoger su ropa que estaba cerca de donde yo estaba parada, el se coloca enfrente mía, y me mira, y en unos segundos él ya me estaba besando. 

  — Buenas noches, bonita.  

Ross Lynch

Busco en el armario que había arreglado con ayuda de mis hermanos antes de que ellos se fueran de viaje, dejo mi celular en la cama para entrar al baño, y no puedo evitar formar una sonrisa en mis labios al ver mi semblante en el espejo. 

La había tenido bajo mi cuerpo pidiendo más. 

Y estaba muy seguro que esta no sería la ultima vez que ellos mantendrían relaciones. A mi me importaba poco que ella estuviera en una relación con Luke y yo con Riley.

Pero eso no le importaba, y Hazel iba a estar de acuerdo conmigo después. 

(. . .)

Los panqueques estabas recién hechos, y solo estaba que Hazel bajara, había escuchado su ducha encendida hace una hora, así que podía asegurar que ella bajara en unos minutos. 

  — Buen día, siento haber tardado. 

Sonrío de tan solo recordar sus jadeos.

— Buen día, y descuida me diste más tiempo para terminar de preparar esto. 

— No sabía que podías cocinar. 

— Hay muchas cosas de mi que no sabes Hazel, pero descuida, tendremos tiempo. 

Ella baja la mirada, y un color carmesí se posiciona en sus mejillas. 

— Provechos— Decimos ambos al mismo tiempo.  

Yo llevo el jugo de naranja a mi boca y miro extraño a Hazel que de nuevo miraba la hora en su celular. 

  — ¿Tienes algo que hacer? Desayuna tranquila Hazel. 

— Sí, disculpa. 

Ella termina de comer, y lleva su vaso a la boca, para dar por terminado su desayuno. 

Y lo siguiente que escucho es el claxon de un auto, frunzo el ceño al ver que ella sonríe tomando su bolsa que hacía juego con su jean negro y blusa azul.  

  — Me tengo que ir, prometo no llegar tarde. 

Ruedo los ojos a lo que ella me mira extraño. 

— ¿A donde crees que vas?

— Con mi novio y amigos.  

  — Tu no iras a ninguna parte Wesley. 

— Ya basta Lynch. 

Ella se da media vuelta para apretar su bolsa y caminar hasta la entrada. 

— Das un paso afuera de casa y te ira muy mal bonita. 

— Mírame.  

Y ella sale de casa. 

Hazel le gustaba contra decir todo lo que yo decía.

Y a mi me gustaba ponerla en su lugar. 


Me gusta mi niñero. ➸Ross Lynch Where stories live. Discover now