-Quédate - me susurra de nuevo.

Y aunque ha logrado que baje mis defensas en muy poco tiempo, y a pesar de la intimidad que ya hemos compartido, no puedo evitar tensarme al oír sus petición. No me siento preparada para pasar la noche con él.

-Perdona - lo ha notado y ahora me mira con cautela - Tal vez estoy yendo demasiado rápido para ti.

-Yo... no sé si estoy preparada - me siento ridícula diciendo esto - Sé que suena estúpido después de lo que ha pasado entre nosotros pero...

-No tienes que justificarte ante mí, Kath - me interrumpe - Me encantaría que te quedases a dormir, pero si quieres irte, lo entenderé.

-¿Por qué eres así?

-¿Así, cómo? - me mira extrañado.

-Así, tan comprensivo, tan atento, tan caballeroso, tan... tú.

-¿Todo eso es malo? - me sonríe y sé que si no me voy ahora mismo, acabaré cediendo ante él una vez más.

-No, no lo es. Es demasiado bueno.

-Y lo demasiado bueno te asusta.

Nunca unas palabras han sonado tan certeras. Me asusta todo lo bueno porque en mi vida lo bueno siempre ha durado poco. Mis padres murieron a mis diez años. Mi abuela, nueve años después, aunque su mente se fue mucho antes. Mis amigos, esos a los que no quería abandonar, se olvidaron de mí en cuestión de semanas. Y así podría seguir enumerando todo lo bueno de mi vida que desapareció en poco tiempo.

-No voy a alejarme de ti - me dice, como si pudiese leer mi mente - Te lo dije antes y te lo repito ahora. No vas a librarte de mí tan fácilmente.

Sonrío al escuchar sus últimas palabras. Una vez más, hace que las cosas fluyan entre nosotros lejos de las incomodidades. Alec es único y me siento afortunada de tenerlo a mi lado. Pero sigo decidida a marcharme esta vez.

-Te acompañaré a la puerta - dice rodeándome de nuevo con sus brazos y caminando conmigo delante de él.

-Lo siento - le digo una vez preparada para marcharme.

Mi ropa todavía está húmeda por lo que me llevo la de Alec. Por suerte, el abrigo oculta gran parte de ella y no se nota que llevo una ropa que no es mía y que me queda un poco grande.

-Nada de disculpas, Kath. Estoy dispuesto a darte el tiempo y el espacio que necesites - me abraza - Conduce con cuidado y avísame en cuanto llegues a casa.

-Lo haré - esta vez soy yo la que inicia el beso.

Pretendo que sea un beso de despedida, pero Alec lo convierte en una promesa de futuros encuentros. Me deja sin aliento y deseando más.

-Buenas noches, Kath.

-Buenas noches, Alec.

Bajo las escaleras en una nube y con el corazón bombeando a toda máquina. Con cada paso que doy, siento que estoy caminando en dirección contraria. Para cuando llego al coche, ni siquiera me apetece abrirlo.

-Vamos, Kat - me digo - Tú puedes hacerlo.

Me giro hacia el edificio donde vive Alec y camino con decisión de regreso a su piso. No sé qué me hace Alec, pero no me reconozco. Subo las escaleras casi de dos en dos y cuando llego arriba, estoy tan sofocada que necesito pararme un momento para recuperar el aliento. Y para serenar los latidos de mi corazón. Que no sólo se han acelerado por la subida.

Recorro los últimos metros que me separan del piso y golpeo la puerta antes de que me flaqueen las fuerzas. Inspiro varias veces en profundidad mientras aguardo a que abra. No sirve para relajarme como se empeñan en decir, pero me mantiene concentrada en mi respiración y así no pienso en lo que estoy a punto de hacer.

-Kath.

Alec está frente a mí, vistiendo tan solo el pantalón del pijama, y me mira sorprendido. Lleva el pelo revuelto, como a mí me gusta y una de sus manos lo está despeinando todavía más.

-¿Te has olvidado de algo? - me pregunta, al ver que no reacciono.

-En cierto modo - le digo.

-¿En cierto modo? - repite - ¿Están bien, Kath?

-Creo que me he vuelto loca - le digo dando un paso hacia él - O que tú me has vuelto loca.

-¿Yo? - ha visto mi movimiento y ahora sonríe. Seguramente ya intuya por qué estoy de regreso en su piso.

-Sí - me armo de valor y hablo de nuevo - Has puesto del revés todo mi mundo. Yo tenía una vida sencilla, dedicada en exclusiva a mi trabajo. Me sentía plena y feliz. Pero llegaste tú y me hiciste anhelar más. Más de la vida, más de ti y de mí, más de Faith. Lo tenía todo calculado y tú desbarataste mis planes. No sé cómo lo has hecho, pero ya no puedo ver mi futuro sin que aparezcas en él. Y eso me aterra. Así que tendrás que soportar mis cambios de actitud y mis silencios. Mis inseguridades y mis miedos. Porque te aseguro que saldrán a la luz en el momento más inesperado. Y...

No puedo terminar de hablar porque Alec me besa. Me arrastra dentro de la casa y me besa. Cierra la puerta y me besa. Me lleva a su dormitorio y me besa. Me mete en su cama y me hace el amor.

No Te ImpliquesTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon