Capítulo XVIII: ¡Un Disparo Milagroso!

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— ¡Takuya, reacciona! ¡Te lo suplico!

Agunimon rió.

—El Mundo Digital ahora nos pertenece a nosotros.

Y dicho aquello, atacó con una esfera de fuego que Kira no pudo esquivar.

La chica cayó al suelo sin aire, tosiendo hasta que su pecho quedó adolorido y sintiendo que su piel, debajo de sus ropas, había sufrido algunas quemaduras. Con todo, la chica se levantó tambaleante y se deshizo de la capa para tener la libertad de mover su cuerpo con más agilidad. Adoptó una posición de ataque, siendo totalmente incapaz de pensar siquiera en defenderse utilizando su arma, y su semblante angustiado cambió para reflejar la ira que sólo alguien que formara parte de su círculo podría ser capaz de transmitir.

—De acuerdo —dijo ella—. Si eso es lo que quieres...

El miedo a luchar contra Agunimon se esfumó de su corazón. No temía golpearlo, a decir verdad. Ella sabía bien que cualquiera era capaz de golpear a un Digimon con sus propios puños. Había aprendido aquello del Luchador Invencible, después de todo.

Agunimon asestó una patada que Kira consiguió esquivar por poco, para luego contraatacar con un puñetazo que impactó el rostro de Agunimon. El fuego causó ligeras quemaduras en los nudillos de Kira, aunque mayor fue el dolor cuando Agunimon sujetó su muñeca para someterla y tiró de ella para derribar a la chica. El golpe en su nuca la hizo sentir un ligero aturdimiento, así como un intenso mareo se apoderó de ella cuando intentó levantarse.

A pesar de su determinación, las peleas a puño limpio no eran su fuerte.

Con todo, el Emblema del Valor brillaba incandescentemente. Y el DigiLector anaranjado ardía como si estuviese al rojo vivo, reclamando que era la hora de Digievolucionar a pesar de que Cheepmon no estaba cerca. La calidez que emanaba del Emblema contrastaba con el ardor de las quemaduras, dotando a Kira de fuerzas desconocidas para ella que le ayudaron a bloquear un puñetazo aferrando el puño de Agunimon con su propia mano. La fuerza de la salamandra venció a la de la chica, y Kira utilizó los segundos de ventaja para apartarse y hacer que el puño de Agunimon atravesara el tronco de un árbol en lugar de impactarse contra su rostro. Kira corrió a toda velocidad para tomar algunas rocas que quedaron tras haber destruido un par de lápidas. Sujetó una de ellas, que era del tamaño perfecto para caber en la palma de su mano, y la lanzó con fiereza hacia la cabeza de Agunimon.

Cual fiera salvaje, Agunimon volvió a la contienda disparando considerables cantidades de fuego de sus manos, que además se unían a las llamaradas que emanaban de su cuerpo cada vez que un Bakemon salvaje pretendía intervenir. Kira tuvo dificultades para esquivar un tornado de fuego que la persiguió a lo largo de medio kilómetro, consumiendo a su paso todos los troncos de los árboles y las lápidas que se interponían en su camino. La chica consiguió ocultarse detrás de la estatua de un demonio que ella reconoció como un Devimon. Recuperó el aliento y se dispuso a salir de nuevo. Lo habría logrado de no ser por la explosión que destruyó la estatua. Con la espalda adolorida y sintiendo que la sangre brotaba de algunos cortes causados por los pequeños trozos de mármol que se incrustaron en sus clavículas, la chica cayó de bruces y tuvo que arrastrarse a lo largo de un par de metros.

Sintió entonces que las ardientes manos de Agunimon se cerraban sobre sus tobillos, para levantarla y lanzarla con fuerza anormal hacia el cielo. Kira dejó salir un grito cuando el vértigo se apoderó de ella, y ese mismo alarido se intensificó cuando Agunimon le propinó una ráfaga de puñetazos en la espalda que dañaron, al menos, un par de sus costillas. La chica cayó miserablemente al suelo, soltando un ligero gemido de dolor. Escupió un poco de sangre y, de alguna manera, consiguió levantarse ignorando olímpicamente al dolor que sentía en toda la extensión de su espalda. Esbozó una sonrisa burlona, enjugó la sangre de su boca y dijo con toda la intención de provocar a su enemigo:

Nene de la RebeliónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora