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Nunca había disfrutado tanto el venir a Francia, tal vez se porque nunca lo vi como algo nuevo y llamativo, nunca lo vi con ojos de turista.

—Todo es impresionante, ¿viste eso? —no dejaba de decir Anne mirando por la ventana del auto, señalando todo lo que veía y sonriendo demasiado.

—Lo vi —decía yo entre risas. Era adorable verla tan feliz y emocionada, por un momento me sentí pleno y realmente orgulloso de realizar este viaje.

— ¿Estará toda tu familia, cierto? —dijo Anne en el momento en que el auto se detuvo frente a la residencia de mis tíos.

—Así es, pero no deberías de estar preocupada, ya los conoces a todos.

—No estoy preocupada, solo quería estar informada —bromea conmigo.

La entrada de la casa de Dom y Kay es bastante amplia, pero como buena residencia parisina, es muy clásica y elegante.

— ¡Theo! —grita Kayla en cuento me ve del otro lado de la puerta — ¡Pensé que vendrías hasta mañana! Hola, Anne ¿cómo estás? —dice abrazándonos a los dos.

—Muy feliz de estar aquí —le dice Anne con una sonrisa de oreja a oreja.

—Vengan, vamos a cenar en unos minutos, llegaron a tiempo.

Con las maletas a un lado, entramos a la casa. Anne observa todo como si de un museo se tratara y sus ojos parecen lanzar chispas de alegría.

—Es precioso —decía cada dos minutos.

— ¡Teddy! —la voz de mi madre me asustó un poco debido al grito, pero me alegre de verla correr hacia mi. La tomo en brazos, estrujándola un poco, pero parece no importarle ya que me tiene en una guerra de besos en mi mejilla —Estaba muy angustiada.

—Angie, déjalo ya —la voz de papá detrás de ella hizo que se detuviera en seco y lo miró con el ceño fruncido — ¿No hay abrazo para mí?

Mamá se soltó de mí para dejarme el paso libre, ella saludó a Anne y también la abrazo. Ambas comenzaron a hablar del viaje y demás cosas mientras yo me acercaba a papá.

— ¿Cómo estuvo todo? —no sabía si se refería al viaje o los días en Minnesota.

—Todo bien, nada que reportar —él me miró algo dudoso —, aunque realmente muero de hambre.

—Servirán la cena en unos minutos. Ve a dejar las maletas y enséñala a Annabeth el lugar —con una sonrisa de padre orgulloso me dio un leve golpe en el hombro en señal de saludo y volvió a entrar al comedor.

—Theo no me dijiste que...

— ¡Teddy! —la inconfundible voz de mi hermana casi me causa un infarto, ¿por qué todos gritan? —Teddy, Teddy, Teddy... —decía mientras bajaba las escaleras de dos en dos, hasta que uno de sus pies se enredó con un escalón, haciendo que se cayera de frente y rodara los últimos dos.

— ¡Por Dios, Phoebe! —dijo mamá y Anne acercándose a ella. No pude evitar reírme... Carcajearme en realidad... La risa era incontrolable.

— ¡No te rías, idiota! —dice mi hermana, con una sonrisa en su rostro a pesar del golpe que se ha llevado segundos atrás —Nunca más volveré a alegrarme de que vengas.

—Ven aquí, tonta —la abrazo como si no la hubiese visto en siglos. Uno de esos abrazos que tanto le gustan —. Yo también te extrañé —junto a una pequeña risa la miro directamente a los ojos — ¿Estás bien? Esa caída fue épica.

—Cállate, estoy bien —dijo colocando su cabeza en mi pecho sin dejar de abrazarme —Anne, ¿quieres ir con Alex y conmigo al centro comercial mañana? Compraremos algunas cosas antes de irnos a Mónaco.

—Claro, me encantaría —respondió Anna a la petición de mi hermana quien sonreía al verla.

La cena fue muy amena. Mis padres y mis tíos hablaban entre ellos y mi abuelo mantenía una conversación bastante interesante con Anne sobre los próximos juegos de los Vikingos.

— ¡Escuchen todos! —dijo Kayla tocando una de las copas. Obteniendo la atención de todos en la mesa. —Dom y yo tenemos algo que decirles. Hace unas dos semanas comencé a sentirme muy mal, realmente mal. Así que fui a hacerme unos análisis y bueno, ¡vamos a tener un bebé!

El silencio que se generó fue bastante gracioso, porque lo primero que todos hicimos fue ver las reacciones de papá y Mike, quienes parecían haber sido arrollados por un camión de carga.

—Muchas felicidades —dijo Mike, como si un trozo de metal le estuviera cortando la garganta —. Estoy muy feliz por ustedes —McKenzie le dio un golpe nada sutil en el brazo y ella se levantó dando saltitos a abrazar a ambos.

—Seré tía de nuevo, no puedo creerlo —decía mientras abrazaba a Kayla — ¿Cuánto tienes?

—Cuatro meses.

— ¿Qué? ¡Pero si ni siquiera se nota! —dijo mamá acercándose también a ella, tocando su vientre.

Papá seguía sin decir una sola palabra. Estaba serio, pero no parecía molesto, soloen shock.

—Charles, ¿no le dirás nada a tu hermana? —le preguntó la abuela con una mirada seria. Él se levanto de su asiento y se acercó a ellos a paso ligero.

— ¿Un bebé? —le preguntó a Dom quien lo miro algo asustado, era bastante gracioso.

— ¡Charles! —dijeron la abuela y mamá sincronizadas.

—Felicidades a ambos. Un bebé siempre es algo bueno... —eso último lo dijo con algo de desconfianza mientras posaba la mirada en Dom y luego en Kay.

— ¡Qué importa! Tendremos otro primo —dijo demasiado contenta Alex —Espero que sea una niña.

—Nos hicimos un ultrasonido en cuanto nos dijeron —Kayla observó a Dom y él con una sonrisa asintió — ¡Es un niño! —dijeron juntos con una sonrisa en sus labios.

Automáticamente me levanté de mi silla como si estuviera celebrando mi anotación en cualquier juego.

— ¡Sí! ¡Al fin! —dije con los brazos en el aire vitoreando como nunca.

—Siempre quiso un compañero masculino de juegos —Phoebe le dice a Anne entre risas.

Por fin tendré a alguien de mi lado en las reuniones familiares, y ¿a quién le importa los diecinueve años de diferencia? ¡Seremos como hermanos sin duda!

Theo, Schlesinger IIOn viuen les histories. Descobreix ara