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↑ VIDEO #TANNE 

Daemon resultó ser lo suficientemente amigable como para contarme todas sus tragedias. Todas las formas posibles en las que Anne lo ayudo a salir adelante, y como su carrera deportiva comenzó a despegar gracias a su beca en basquetbol.

Escucharlo decir que perdió a sus padres gracias a un estúpido que no buscaba nada más que su dinero me partió el corazón. Él solo tenía tres años.

Ha vivido con sus abuelos desde entonces, y le debe absolutamente todo a ellos. La memoria de sus padres está presente siempre. De esa misma memoria saca su ambición por el basquetbol. Su madre amaba el deporte, y según me cuenta, era una jugadora increíble. Su padre la iba a observar a los entrenamientos mientras que ella nunca se perdía ningún campeonato de deletreo. Su padre era el rey de las palabras.

—Nunca fui tan bueno en la escuela, así que el deletreo no era exactamente una opción, pero mi abuelo me llevó a clases de basquetbol cuando era un niño. Al principio no me gustaba, no era tan alto como el resto y debía correr más, pero encontré los trofeos de mi madre en el ático una vez. El resto es historia. Ahora estoy trabajando duro para poder entrar en la liga junior de la NBA.

—Entrarás, Dae. Eres el mejor con el balón —desde que Anne volvió del baño y de una extensa charla con una de sus antiguas profesoras de la primaria. No ha dejado de darle comentarios positivos a Daemon.

—La temporada pasada casi me quiebro el tobillo en un entrenamiento.

—Dae, ya no estás en la secundaria. Apuesto a que el estadio del la MU es increíble.

—Es bueno, pero a lo que me refiero es que esa lesión sigue. Me está afectando y lo último que necesito que estar en la banca una temporada completa.

— ¿Fuiste al medico?

—El doctor Richards me está viendo desde hace unas dos semanas. Es el medico del equipo y me está proporcionando una terapia dos veces a la semana, pero odio no poder dar el cien por siento de mi.

—Debes descansar, amigo —le digo no muy convencido de sus palabras —. Míralo de este modo, si dejas que la terapia actúe ahora, estarás en perfectas condiciones para las pruebas de la NBA. Es mejor esperar un poco antes de que la lesión sea crónica.

—Lo sé, pero ¿qué me garantiza que la terapia funcionará? No es que no confíe en el doctor Richards, pero sus métodos no están haciendo efecto. Lo sé, lo puedo notar. Cada vez que hacemos algo diferente, mi pobre tobillo sufre el doble.

—Sabes, si quieres... yo puedo ayudarte con eso. Mi hermana se fracturó la muñeca hace unos años. Mi papá la llevaba con un Ortopedista muy bueno, podría pedirle su número.

—Eso sería genial Theo, pero no tengo dinero para pagar una consulta privada con un Ortopedista.

—Sin mencionar que debería viajar a Nueva York —me recuerda Anne con una mirada apenada.

—Cierto... —Anne observa a Daemon de manera reconfortante.

¡Eres millonario, Schlesinger! ¿Qué te pasa?

—Si estás de acuerdo —digo para llamar su atención —, yo podría llevarte.

—Theo, de verdad te lo agradezco pero, no podría pagártelo.

—No tienes que pagarme nada. Lo importante ahora es que vean tu tobillo antes de que no puedas jugar nunca más.

—Theo... —Anne me mira apenada y algo incómoda.

—Es demasiado, Theo. El doctor Richards me ve gratis y yo...

—Tu mismo lo dijiste, no te está dando el trato que necesitas. Además, te verían regularmente no dos veces a la semana y tendrías la mejor terapia de todas. Estarías en perfecto estado mucho antes de lo esperado y podrás entrenar como antes.

Theo, Schlesinger IIWhere stories live. Discover now