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—Eso es... bastante fuerte —le contesto lo más sincero que puedo.

—Es espantoso y como podrás imaginar mi familia me odia.

— ¿Por eso me dijiste que tus amigos no te dirigían la palabra?

—Así es. Con mi familia he podido remendar de a pocos el daño, con mis amigos es un caso perdido. Estaban tan decepcionados de mi, incluso me dijeron en la cara todo aquello que jamás pensé posible que ellos me dijeran.

—Bueno, ahora eres una persona distinta ¿no?

—Eso intento.

—Entonces olvídate que todos ellos, olvídate de tu antigua vida. Ahora estás aquí y puedes ser la mejor versión de ti misma que pueda existir —sin percatarme del momento, termino abrazándola. Anne coloca su cabeza en mi hombro respondiendo al abrazo y la escucho reír.

— ¿De que te ríes?

— ¿De dónde saliste? —ésta chica de la cual no tenía conocimiento alguno hace menos de un mes, me mira maravillada, y yo realmente creo que ella necesita un amigo y de manera urgente.

—De una gran y escandalosa ciudad llamada Nueva York —le guiño un ojo y nos levantamos de la banca del pasillo —. Por cierto, hoy es el cumpleaños de Tom, mi amigo ¿lo recuerdas? con el que fuimos a comer.

—Tom, por supuesto.

—Josh le está organizando una fiesta esta noche en uno de los clubes que están cerca del parque, la verdad no conozco su nombre, pero ¿te gustaría ir?

—No lo sé, son tus amigos y yo...

—Le agradaste mucho a Tom y desde ahora también son tus amigos, ¿qué dices?

—Está bien, pero necesito ir a casa a cambiarme y comprar un regalo de último minuto —menciona sonriendo levemente.

Esta chica probablemente se ha sentido miserable la mitad de su vida, es hora de cambiar eso.

— ¿Vienes?

— ¿A tu casa? —ella asiente y se ríe de mi expresión extraña.

—Vamos, hay pastel de helado en el refrigerador.

—Me acabas de convencer con eso —sonrío y ella solo niega mientras caminamos.

Mi auto está debajo de la sombra de un gran árbol, que creo es un roble. Me gusta dejarlo en sobra, es más fresco.

— ¿Es tuyo? —Anne observa cuidadosamente cada detalle de mi bebé.

—Así es, fue mi regalo a los dieciséis.

—Te salió un verso —me estoy acostumbrando a su risa —. Está increíble, es el A7 ¿cierto?

—RS7 en realidad, suelen confundirlo mucho.

—Lindo, ¿a cuánto llega?

—Tiene motor V8 TFSI y transmisión triptronic de ocho velocidades. Casi 305 km/h, pero la verdad no he corrido tanto aún.

—¿Cuánto dura en llegar a los 100km/h?

—Supera los 200 en solo ocho segundos —le respondo fascinado — ¿Cómo es que sabes tanto de autos?

— ¿Recuerdas que tengo dos hermanos mayores?

—Eres la primer chica con la que he hablado de autos en mi vida —le comento riéndome mientras entramos al auto.

—Puedo ser muy versátil, conozco de muchos temas.

— ¿Como cuáles?

—Dime el que quieras.

Theo, Schlesinger IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora