•16•

5.2K 328 17
                                    

El mareo que siento es tan fuerte, que sin darme cuenta, estoy tendido sobre la arena mirando mis pies sin entender absolutamente nada.

Yo te vi morir.

Froto mis sienes con mis dedos bruscamente, ahogando un grito desesperado. Anne aún está dormida.

—Teddy —la voz de Sophie se escucha como un susurro vacío. No entiendo que está ocurriendo, ni por qué, pero lo último que necesito es una razón extra para decidir de una vez por todas internarme en una maldita clínica psiquiátrica.

—No... aléjate... aléjate— cierro mis ojos lo más que puedo, hasta que el dolor de cabeza se apodera de mi por completo.

—Teddy —repite Sophie, pero me niego a mirarla, no puede ser ella... ella murió —. Teddy mírame, por favor —siento como se acerca a mí, lo cual me inquieta aún más. Mi piel se eriza y su presencia es tan malditamente vivida que comienzo a temblar.

Continúo mirando mis pies, hasta que localizo sus piernas frente a mi. Sophie toma asiento y se coloca en posición india, mirándome fijamente.

—Por favor, solo soy yo —dice está vez mucho más bajo de lo que ya estaba hablando.

—No... t-tu... — ni siquiera puedo articular una oración coherente. Siento sus manos posarse sobre mi hombro.

—Teddy, mírame —vuelve a decir esta vez, sin soltar su agarre.

No tengo idea de donde saco las fuerzas para levantar mi cabeza, pero lo consigo. La observo atentamente, estudiando su rostro.

Realmente es ella.

Su piel está algo bronceada y a pesar de estar completamente oscuro, sus ojos brillan.

—Solo soy yo —dice tan suave que juro poder escuchar mis latidos mucho más alto.

Respiro intentando tranquilizarme... intentando encontrarle sentido a todo esto.

—Moriste... y-yo, te vi morir —le digo con un gigantesco nudo en mi garganta. Ella solo sonríe apartando su mano de mi hombro. Siento un frío extraño en el momento en el que la aparta.

Antes de darme cuenta, la siento abalanzarse sobre mi en un abrazo, logrando que mi espalda toque la arena completamente estirado. Sin pensarlo un segundo, la tomo entre mis brazos, aguantando un sollozo insoportable, pero las lágrimas son más poderosas que yo, y comienzan a bajar en una batalla interminable.

—Te extraño —le digo justamente en su cuello, que es donde se encuentra mi rostro. Ella no responde, solo me abraza sin decir ni una sola palabra —Te extraño tanto — digo esta vez sin poder controlar el nudo que tengo en mi garganta.

Sophie deshace nuestro efusivo abrazo, mirándome con esa tranquilidad y calidez que no había visto en mucho tiempo.

Una de mis manos se apodera de su mejilla izquierda, y sin atadura alguna la beso. La beso sin poder creer realmente lo que está sucediendo, y ella me corresponde al instante aferrándose más y más a mí.

—Teddy —su voz es como escuchar a un coro de ángeles. Mi cabeza explotará en cualquier segundo.

La falta de aire se hace presente, y comienzo a sentir algo extraño, como si mis pulmones no me respondieran. Me ahogo al instante en el que intento respirar de nuevo.

Miro a Sophie alarmado, encontrando alguna forma de poder respirar, pero es inútil. El aire se rehúsa a entrar en mi sistema, aunque permanezca con mi boca abierta cual pez en agonía.

—S-soph... a... aire —por más que lo intento no logro respirar correctamente, y a Sophie parece no preocuparle en lo absoluto. ¿Qué me está ocurriendo?

Theo, Schlesinger IIWhere stories live. Discover now