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—Cuéntame.

Tomo una respiración excesivamente grande antes de abrir mi bocota.

—Papá está mejor, hemos hablado un par de veces y todo marcha de buena manera. El cumpleaños de Phoebe y la boda de Kayla son la próxima semana y dos después respectivamente, y mis nervios se están saliendo de sus casillas porque a esa niña se le ocurrió aparecer en una revista, y papá dice que se está comportando como una salvaje. La amenazó con enviarla a un campo militar y para que papá amenace a su princesa tuvo que ser algo que lo haya hecho molestarse demasiado, y maldita sea, hoy unos estúpidos estaban... no puedo ni decir lo que estaban haciendo, pero lo estaban haciendo con sus fotos y para cerrar con broche de oro, el idiota de Benjamin piensa que puede meterse conmigo y salir ileso —dejo salir el aire de mis pulmones sintiéndome un poco mareado por hablar tan rápido, pero Andrew solo se ríe de mi —. Eres mi maldito psicólogo no deberías de reírte de mis tragedias.

—Porque soy tu psicólogo me puedo reír de tus tragedias, siempre y cuando esas tragedias sean tragedias graciosas.

—Deja de decir tragedias.

— ¡Tragedias! —juro que le pegaré en su sonriente cara —En fin, fuera de broma, vayamos por partes. Las cosas con Charles marchan bien, lo cual es bueno. Ahora, cuando vuelvas a casa, trata de pasar más tiempo con tu padre, Theo. Se perfectamente que eres el niño de mamá, pero por favor, pasa tiempo con él también.

—Lo haré, lo prometo. Además creo que entre los dos estaremos vigilando a Phoebe —la risa de Andrew siempre me ha parecido de esas risas que producen gracia aunque el chiste no lo dé.

—Está bien, ahora con el asunto de Phoebe. Lo único que puedes hacer es protegerla, cosa que ya haces así que no debes preocuparte más de lo que ya estás, los chicos de ahora son siempre así Theo, no podrás decomisar todas las revistas en todo el campus.

—Ni lo menciones que si vuelvo a ver algo así estoy seguro que mandaré al hospital a alguien.

—Relájate y dile a tu hermana que la amas.

— ¿Ahora? —lo miro ceñudo sin entender nada.

—Si, justo ahora, anda saca el teléfono.

Sin protestar saco mi teléfono enviándole un simple te amo a mi hermana, quien me responde segundos después.

—Yo también, ¿qué necesitas? —leo su respuesta en voz alta sintiéndome algo ofendido.

—Parece que nunca le dices que la quieres.

— ¿Es una broma? Se lo digo todo el tiempo, ¿qué le ocurre a esta niña?

—Es bastante obvio que ella no lo está captando. Mira, hay una etapa en el desarrollo humano sobre la maduración, te lo explicaré rápidamente para que me entiendas. Los adolescentes deben pasar por una etapa llamada etapa de operaciones formales, que es parte de la madurez en sí y comienza a desarrollarse a partir de los doce años en adelante. Hay una característica de esto que se llama egocentrismo del adolescente.

— ¿Y eso qué tiene que ver con Phoebe?

—Pues, en que tu hermana lo está atravesado. Ésta parte de la etapa en específico, se refiere a que el adolescente supone que todos deben de sentir y pensar lo mismo que él, por eso Phoebe actúa de la manera en la que lo está haciendo, por eso salió en la revista y por eso le está sacando canas verdes a tus padres. Es por eso que con un simple mensaje como decirle te amo, ella piensa que tú quieres algo a cambio. No debes molestarte con ella por las cosas que haga o las desiciones que tome, eso sí, siempre manteniendo una línea de sensatez. Es una adolescente en pleno desarrollo, es normal, Theo —asiento con un leve movimiento de cabeza intentando mantener la calma.

Theo, Schlesinger IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora