•5•

5.4K 416 18
                                    

La hamburguesa llega y extrañamente la encuentro deliciosa.

Logan, alias Lazer, como me ha obligado a llamarle desde los últimos treinta minutos, me mira encantado. Me estudia a la perfección y comienzo a sentir verdadero miedo.

—Deja de mirarme tanto, maldición —Le digo de una buena vez, tomando un poco de mi gaseosa de toronja.

—Eres distinto a él —dice Lazer acomodándose en su asiento.

— ¿De qué estás hablando?

—No que, sino quien.

— ¿Entonces de quien hablas?

—Tu padre.

— ¿Y por qué conoces a mi padre? —le pregunto de la manera más desganada posible y lo miro agotado. Estoy harto de esto. No me encuentro en condiciones de decir algo lindo con respecto a papá.

—Eso no importa, lo que importa es que lo conozco y tu no pareces ser su hijo, te vez...distinto a como pensaba que serías.

— ¿Quién eres? —pregunto ya un poco molesto. Esto no me gusta, y no confío en casi nadie desde lo que ocurrió con aquellos locos en Brooklyn.

—Solo un tipo más en el planeta, pero soy un tipo que te puede ayudar a escapar de la oscuridad en la que te encuentras perdido.

No quiero hacerle caso, pero mi curiosidad es cada vez mayor.

— ¿Y cómo se supone que harás eso?

—Te lo explicaría, pero tienes una cita con el psicólogo ¿No es así?

¡Demonios! Había olvidado la maldita cita por completo.

Tomo lo que queda de mi gaseosa y me levanto de la silla a paso apresurado. Tiro un billete de veinte dólares en la mesa y tomando mi bolso salgo del lugar. Cruzo la calle y comienzo a correr hasta el edificio extremadamente limpio y blanco que parece ser la clínica universitaria.

Hay unas cuantas enfermeras caminando por los pasillos pulcramente limpios. Al llegar a la ventanilla de información está un hombre relativamente joven mirando su teléfono sonriéndole a la pantalla.

—Disculpe —digo para que me preste atención.

— ¿Te puedo ayudar en algo?

—Tengo una cita con el doctor Sullivan. —Respondo de manera entrecortada. ¿Por qué estoy tan nervioso?

El hombre abre una agenda y observa asintiendo.

— ¿Tobias Jenkins? —por un momento estoy a segundos de negar, pero recuerdo mi nombre falso en el momento justo.

—Así es —digo lo más natural posible.

—El doctor Sullivan lo está esperando, puede pasar, es la tercera puerta.

—Gracias —digo mientras camino por el gran pasillo blanco. La tercera puerta está entre abierta, por lo que solo toco lentamente mientras la empujo.

—Tu debes de ser Tobias —dice el doctor Sullivan sin siquiera verme. Está sentado en un gran sofá ¿Dibujando? Creo que empieza a agradarme.

No estoy seguro de mentirle o no a mi psicólogo, no es ético, pero aún no me siento lo suficientemente confiado para decir mi nombre verdadero.

—A-así es —le respondo, adentrándome en el consultorio. El hombre levanta la cabeza y me mira directamente a los ojos, sonríe ampliamente cruzándose de brazos y negando con su cabeza.

—De acuerdo, entonces, ¿Cómo prefieres que te llame? ¿Tobias o Theodore? —solo a mi me ocurren estas cosas.

—Andrew —me río levemente antes de acercarme a él y abrazarlo. Por supuesto tenía que ser él.

Theo, Schlesinger IIOnde as histórias ganham vida. Descobre agora