-Ya hemos vuelto - me informa Anna - Gracias por quedarte sola, Kat.

-No tiene importancia - le sonrío - Al menos vosotras regresáis rápido.

No necesita que le diga nada más, me ha entendido perfectamente. A nadie le agradan ni Cristine ni Becka. Mucho menos cuando están juntas. Y aunque todas tienen quejas, ninguna dirá nada. No quieren ser las que den la cara. Creo que esperan que lo haga yo, pero tampoco me interesa. Tal vez, si me enfadan lo suficiente, podría acabar hablando con Adelaide. De momento, prefiero ignorarlas.

-Tómate el tiempo que quieras, Kat - me dice Eleanor - Has de estar agotada después de venir también por la mañana.

-Regresaré en quince minutos - les informo - No necesito más tiempo.

Mientras me tomo el té, reviso mi teléfono. Por primera vez en mucho tiempo tengo varios mensajes. Parece que mi vida social ha resucitado. Dos de ellos son de Duncan, que me recuerda que este sábado volvemos a salir todos juntos. Le comenté que libraba el fin de semana y no ha querido dejar escapar la oportunidad. Un tercer mensaje es de Sally, que me pide perdón por haber cogido de mi ficha el número, pero que quiere saber si saldré con ellos. Sonrío al pensar que tal vez ninguno de los dos sabe que el otro me ha escrito por el mismo motivo. Les contesto a ambos del mismo modo, aceptando la invitación.

El cuarto mensaje que tengo es de Megan. Eso sí que me extraña, porque normalmente mis compañeras no me llaman. Me dice que sigue mal y que necesita hablar conmigo. Que la llame en cuanto lea el mensaje. Me preocupa bastante, así que la llamo inmediatamente a pesar de ser de madrugada. No tarda ni dos tonos en contestar y lo hace con voz pastosa.

-Kat, perdona que te moleste - me dice al momento - Pero necesito pedirte un favor. Uno enorme.

-Tú dirás.

-No creo que pueda ir a trabajar por la mañana - vacila antes de continuar - Sé que lo que te voy a pedir es una locura, después de tu turno de noche pero Adelaide no me contesta el teléfono y no sé a quien más acudir.

-Quieres que haga tu turno - le digo con calma. En cuanto vi el mensaje imaginé que sería por eso.

-Se lo pediría a otra pero no creo que nadie acepte. Si Adelaide...

-Tranquila - la interrumpo - No te preocupes. Yo hago tu turno. Tú intenta descansar.

-¿Segura? Vas a doblar turno.

-No sería la primera vez - sonrío aunque no pueda verme - Cuídate. Mejórate. Eso es lo importante.

-Te compensaré - parece aliviada.

-Preocúpate de curarte. Ya hablaremos de eso después.

-Muchísimas gracias, Kat. Sabía que podía contar contigo. Eres una amiga como pocas.

Sus últimas palabras me dejan un poco descolocada y sólo acierto a despedirme de ella, recomendándole nuevamente que descanse. Nunca he creído que mis compañeras de trabajo me considerasen amiga. No tenemos trato más allá del hospital, pero supongo que compartir tantas horas aquí ya es suficiente. No me había parado a pensarlo, la verdad.

-Va a resultar que tengo más amigos de los que creía - me digo antes de regresar a Neonatos.

Anna y Eleanor han empezado con los biberones cuando llego. Con la llamada me he retrasado más de lo que tenía planeado, pero ninguna de ellas dice nada. Ocupamos las siguientes horas en atender a los bebés en un silencio roto tan sólo por el ruido de las máquinas. Con Eleanor y Anna se trabaja bien. Es relajado.

Cuando finaliza el turno y llegan las de la mañana, me despido de mis compañeras, después de explicarles que me quedaré para cubrir a Megan. Hemos estado tan entretenidas que me he olvidado de comentárselo antes. Me conocen tan bien en ese sentido, que no les extraña que haya aceptado hacer su turno también. Y con eso me planteo de nuevo la idea de que realmente sí somos amigas. No de las íntimas, pero sí de esas con las que puedes contar en algún momento de tu vida.

No Te ImpliquesWhere stories live. Discover now