-Sólo una vez - me digo a mí misma que tengo que sonar convincente pero Adelaide me conoce bien - Ayer estuvo aquí en mi turno.

-Es un buen hombre - me está estudiando, lo sé - Se preocupa mucho por Faith.

-Eso me pareció.

-¿Le has hablado?

No quiero mentirle. Adelaide es como la madre que perdí a los diez años, pero sé que se enfadará conmigo si sabe la verdad. Y podría apartarme de mi trabajo. Por encima de todo, quiero seguir cuidando de los bebés. Lo necesito. Miro hacia Faith inconscientemente, no puedo evitarlo. Es algo que he cogido de costumbre. Durante mi turno puedo llegar a mirarla cientos de veces. Un segundo, dos, pero mi vista siempre acaba posada en ella.

-Cielo - Adelaide me obliga a mirarla - Cuando te dije que no te acercases a él, era por tu bien. Sé lo que esa niña significa para ti. No necesito estar en el mismo turno que tú para saberlo.

-No quiero que me alejes de Neonatos.

-No lo haré - acaricia mi mejilla con cariño - Sé que eres una profesional y que sabrás mantener la compostura. Si no hablarle o no atender a Faith cuando esté aquí su padre te va a causar problemas, tienes mi permiso para hacerlo. Sólo te pido que no lo lleves más allá. No por lo que yo pueda opinar de eso, sino por lo que va a implicar en tu vida.

Me mira como si supiese la verdad. Como si hubiese averiguado que estoy ayudando a Alec fuera del hospital. Es sólo una sensación, pero tan intensa que no puedo evitar pensar en que tal vez nos haya visto juntos en alguna ocasión. Oculto mi mirada de la suya, temerosa de que descubra hasta qué punto estoy ya implicada con ambos.

-No te entiendo - miento.

-Alec es un buen hombre pero está sufriendo mucho por todo lo que ha sucedido. No quiero que termines involucrada sentimentalmente en todo eso porque tú ya tienes lo tuyo. No necesitas esa carga también.

-Cuidar a Faith no es una carga - mi mirada vuelve a ella.

-Sólo prométeme que tendrás cuidado - su mano se apoya en mi hombro y la miro de nuevo - No quiero que salgas lastimada en todo este asunto.

-¿Significa eso que puedo seguir atendiendo a Faith aunque esté su padre aquí?

-Significa que lo dejo a tu elección, porque sé...

El sonido del monitor de Roger la interrumpe. Está teniendo otra crisis y corremos hacia él para intervenir. Megan ya ha ido a avisar al pediatra pero Adelaide me pide que le ayude a intentar estabilizarlo mientras no llega. Cuando lo destapa y vemos lo morado que está ya, nos miramos angustiadas. En la mirada de Adelaide vislumbro la duda y el miedo. Puede que en esta ocasión el pequeño no logre superarlo.

-Tenemos que lograrlo - le susurro, con lágrimas en los ojos.

Empezamos con las maniobras de reanimación pero no notamos ningún cambio en él. Sigue sin respirar y totalmente inmóvil. Las lágrimas asoman a mis ojos cuando llega el pediatra y sólo puede certificar su muerte. Sabíamos que acabaría sucediendo tarde o temprano, pero eso no lo hace más fácil. Ni menos injusto. Adelaide me obliga a marcharme ya, ella se quedará para hablar con los padres de Roger. La compadezco. Dar una noticia así no debe ser fácil.

Cuando paso junto a la incubadora de Faith, me paro a su lado para comprobar que está bien. La veo patalear como siempre hace y eso me saca una sonrisa aunque las lágrimas continúan amenazando con escapar a mi control. La acaricio un momento, sólo para sentir su fuerte agarre en mi dedo.

-Lucha, Faith - le digo con la voz descompuesta - No dejes de hacerlo nunca. Te lo suplico.

Entro en los vestuarios y me cambio lo más rápido que puedo. Necesito salir del hospital. Necesito aire fresco para despejar mi mente e intentar no pensar más en Roger. Es muy duro. Cuando cierro mi taquilla y busco las llaves del coche en el bolso, recuerdo que Alec me estará esperando en la cafetería. No puedo verlo, no en el estado en que me encuentro ahora mismo. Saco el teléfono y le envío un mensaje.

No Te ImpliquesWhere stories live. Discover now