Capítulo XV: Los Secretos Ocultos de la Tierra Vampiro

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—Mucho mejor —dijo ella—. No quiero verte llorar. No me gusta que las personas sufran. Especialmente si son importantes para mí.

— ¿Soy importante para ti?

—Sí —respondió ella nuevamente sin detenerse a pensarlo siquiera por un segundo—. Nunca olvidaré cómo fue que te conocí, ni lo que sucedió después de ese día.

—Yo también lo recuerdo —sonrió el chico—. Fue cuando el Xros Heart atacó la... la... ¿Cómo se llamaba ese lugar?

—La Ashford Academy. Ese día, tú llegaste a la habitación donde Sayoko y yo estábamos ocultándonos. Dijiste que debía quedarme en ese lugar para alejarme del peligro.

—Sí, así fue... Aunque no volvimos a vernos hasta ese día, cuando tuve que evacuar a los japoneses... Creo que nos conocimos en el momento equivocado, ¿no te parece? —preguntó Tagiru con una risita nerviosa que se apagó en cuanto Nunally negó con la cabeza.

—No —dijo ella—. No fue el momento equivocado. Si las cosas no hubieran pasado de esa manera, jamás nos hubiéramos conocido.

Tagiru obedeció a su instinto en ese momento. Tomó la mano de Nunally con delicadeza. Un ligero sonrojo apareció en las mejillas de la chica. Devolvió el apretón a la mano de Tagiru. Sabía que su simple presencia le hacía un bien en niveles que su inocencia le impedía comprender completamente.

—No dejaré que nadie te lastime en este mundo, Nunally —aseguró el chico—. Sé que será difícil, pero yo voy a protegerte. Te lo prometo.

Como respuesta, Nunally soltó la mano de Tagiru para levantar su dedo meñique.

—Es una promesa —dijo—. Yo también daré mi mejor esfuerzo para ayudarte.

Tagiru entrelazó su dedo meñique con el de Nunally y ambos echaron a andar juntos para reunirse con sus amigos. Al ver a su amigo humano tan sonriente y optimista, Gumdramon esbozó una sonrisa pícara. Tagiru respondió propinándole un golpe en la cabeza.

Mientras todo ello ocurría y cada uno cargaba con sus propios pensamientos depresivos y pesimistas, los integrantes del pelotón ya se encontraban siguiendo a Meiko hasta el lugar que ella misma llamaba: La habitación para operaciones secretas.

No cualquiera podía acceder a ese sitio. Tan restringida era la entrada, que el mismo mecanismo de seguridad mantenía las puertas selladas y sólo podían ser abiertas o cerradas si Meiko pasaba con éxito las tres pruebas: voz, reconocimiento ocular y el código numérico.

La habitación en general daba un aspecto sobrio, confidencial y ligeramente espeluznante. Ambientada como toda una sala de conferencias y decorada con colores oscuros, cualquiera se habría sentido un tanto aterrado al estar en un sitio tan frío.

Meiko encabezó a la comitiva, consciente de que las puertas se sellarían por sí mismas sin importar que ella ya hubiese ocupado su asiento. Meikuumon la siguió, tomando asiento justamente a su lado derecho en aquellas sillas que rodeaban la mesa redonda con acabado metalizado.

Nene y Lelouch ocuparon sus asientos, uno al lado del otro. Mervamon optó por permanecer de pie a un lado de Sparrowmon. La mujer se cruzó de brazos tan sólo se dedicó a mirar a Meiko con una expresión impenetrable.

Taichi se colocó a un lado de Meiko, queriendo dejar en claro que él era otro de los protectores de los Siete Reinos y que aquello le daba un poco de autoridad dentro del círculo. A causa de su tamaño, Zero tuvo que permanecer detrás de él. Gabo, por otra parte, decidió quedarse de pie para que el resto de los invitados pudiesen ocupar las sillas restantes.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now