-Ha mejorado de una forma casi milagrosa - continúo hablando de ella sólo para rellenar el silencio - Estoy segura de que la tendrás en casa contigo antes de lo que crees. Y dando guerra. Mucha guerra. Y tú te estarás tirando de los pelos por culpa de sus locuras.

Mi cuerpo se estremece contra el suyo cuando comienza a reír. Se separa de mí y aunque todavía tiene los ojos aguados, la sonrisa permanece intacta. Me alejo un par de pasos para que su proximidad no me afecte tanto. El azul de sus pupilas es demasiado impactante desde esa distancia y más con el brillo de las lágrimas que no llegó a derramar.

-Gracias - me dice despeinando su cabello - Y perdona por... esto.

-Todos necesitamos desahogarnos en algún momento - empiezo a recoger los restos del desayuno para no sentirme intimidada por su mirada.

-Te parecerá una locura y probablemente no me creas, pero me siento más tranquilo sabiendo que cuidas de Faith - lo miro en cuanto termina de hablar - Sé que estará bien mientras tú estés cerca.

-Cualquiera de mis compañeras la cuidará tan bien como yo - sigo recogiendo y ahora Alec me ayuda.

-Puede - dice a mi lado - pero tú me transmites una confianza que no veo en las demás. En mi profesión, he aprendido a fiarme de mi instinto y no suelo fallar. Faith no podría estar en mejores manos.

Una vez más, no sé qué decir. Siento que está poniendo demasiada fe en mí y no quiero defraudarlo. Pero me temo que eso es lo que pasará. Siempre es así. Logan es el último ejemplo de que las relaciones, sean del tipo que sean, no son lo mio. Haré algo que lo estropeará. Lo sé.

-¿Te importa si tomo yo algunas medidas en el cuarto de Faith? - le pregunto en cuanto veo que se dispone a lavar los platos del desayuno.

-Como si estuvieses en tu casa - me mira y me sonríe antes de darme una cinta métrica.

Utilizo mi teléfono para guardar cada medida que tomo. Necesito estar segura de encontrar los muebles adecuados para que encajen en cada hueco. La habitación no es muy grande y no quiero que se vea abarrotada al terminar de prepararla.

Mientras mido, me fijo en el horrible color de las paredes y empiezo a pensar en cientos de posibilidades para darle mayor luminosidad. Y tal vez, en la pared tras la cuna, podría pintar el nombre de Faith con bonitas letras. Hay tantas opciones que me volveré loca antes de decidirme. Pero claro, tengo que tener en cuenta las preferencias de Alec. Después de todo es su hija, su casa y su dinero.

-¿Has terminado?

Me sobresalto al oír su voz. Cuando miro hacia él, está apoyado en el marco de la puerta y me sonríe. Sigue habiendo tristeza en su gesto pero se nota más relajado que el día que nos conocimos. Supongo que saber que Faith está mejorando lo ha tranquilizado. Y preparar su cuarto lo hará más real. Necesita ambas cosas.

-Sí - me acerco a él y le entrego la cinta - Gracias.

-A ti - nuestros dedos se rozan en el intercambio - Por todo.

No puedo aguantar su mirada por mucho tiempo. El azul de sus ojos es hipnotizante. En cuanto rompo el contacto visual, se aparta de la puerta para dejarme pasar. Evito mirarlo de nuevo a los ojos, pero le dedico una sonrisa de agradecimiento.

Tomamos los abrigos y salimos fuera del apartamento. No nos cruzamos con nadie ni en las escaleras ni fuera, así que el silencio es nuestro compañero hasta llegar al coche.

-¿A dónde, señorita? - me dice con una sonrisa en los labios.

-Leith Pram - le contesto, imitándolo.

El viaje también es silencioso. Alec parece concentrado en el tráfico de la calle y yo no tengo ganas de hablar. Claro que eso no es ninguna novedad en mí.

No Te ImpliquesWhere stories live. Discover now