Prólogo

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"When the world's crashing down, when I fall and hit the ground I will turn myself and run don't you try to stop it. I, I won't cry"

Mi alarma indicaba que era la hora de comenzar con un nuevo día. Abrí mis ojos lista para comenzarlo, pero todo estaba oscuro.

Pensé que tal vez las persianas estuvieran cerradas y por eso no había luz. Estire mi brazo para prender el velador de la mesita que se encontraba junto a mi cama pero todo seguía oscuro y yo comencé a desesperarme.

Rápidamente me levanté, tanteando las paredes y los objetos hasta que llegué al interruptor de la luz, pero aunque escuche que se prendió yo seguía inmersa en una profunda oscuridad sin poder ver nada.

Mis gritos llenaron la habitación y se extendieron por cada rincón de esa casa. Rápidamente escuche como Vico entraba en mi habitación y se sentaba a mi lado.

Vico: ¿Qué pasa La? -preguntó asustado-

Lali: No veo

Vico: ¿Qué?

Lali: que no veo Vico, no veo! -le contesté nerviosa- todo está oscuro.

Nico V: ¿hija qué pasa? - sentí como se agachaba al lado mío y también la presencia de mi mama.

Lali: no veo

Nico v: ¿Cómo que no ves?

Lali: no sé, veo todo negro Pa, tengo miedo.

Vico: vamos al hospital mejor -dijo mientras me alzaba en brazos-

Como hacia frio me abrigaron, se escuchaba como mamá lloraba, Vico me abrazaba todo el tiempo y papá insultaba a los pocos autos que había ya que quería llegar cuanto antes.

Mientras tanto yo no sabía que pensar. Tenía miedo, pánico para ser sinceros pero mi familia me decía que todo iba a estar bien y yo confiaba infinitamente ellos.

El viaje se me hizo eterno. Mi mente no paraba de pensar y cada segundo que pasaba parecían años.

Cuando llegamos al hospital, Vico me llevó en brazos y una vez a dentro rápidamente nos atendieron ya que ni mi papá ni mi hermano dejaban de gritar pidiendo ayuda. Mi mamá no hablaba, pero yo sabía que estaba ahí. Me agarro la mano y la apretó. Ambas teníamos miedo, ambas estábamos aterradas e intentábamos darnos fuerza mutuamente.

Me sentaron en una silla de ruedas y me llevaron algún lugar a hacer estudios.

Los segundos, minutos y horas pasaron.

Luego de unos cuantos estudios me llevaron a una habitación para que descansara y me dieron un sedante para dormir ya que estaba muy nerviosa.

No se por cuánto tiempo dormí pero cuando me desperté supe que no estaba sola.

Lali: ¿ma? -pregunté asustada-

Emi: acá estoy amor -instantáneamente sentí su mano sobre la mía-

Lali: ¿se sabe algo?

Emi: no mi amor -se notaba que aún seguía llorando, su voz no era la misma- pero vos tranquila ¿sí? Seguro pronto tendremos noticias.

Lali: -las malas noticias llegan rápido, pensé. Asique tenía que estar tranquila y pensar positivamente- ¿Qué hora es?

Emi: la una y media ¿tenes hambre? Una enfermera vino con la comida pero como necesitabas descansar preferimos no despertarte.

Lali: no, tengo un nudo en el estómago y se me hace imposible la idea de comer algo. ¿Vico y papá dónde están?

Emi: los mande a comer algo pero enseguida vuelven ¿por qué no aprovechas a dormir un poco más? Cuando haya noticias te despierto

A pesar de no tener sueño sabía que era lo mejor, si no mi cabeza seguiría pensando y me pondría mal nuevamente. Cerré mis ojos y comencé a imaginar que todo era un mal sueño, que la alarma de mi celular estaba a punto de sonar y a obligarme a empezar un nuevo día de clases aunque preferiría seguir durmiendo. Imagine a mi grupo de amigos, las conversaciones y peleas del día, al grupito de chicas que se sientan aun lado del salón y desde ahí miran a todos creyéndose superiores, me imagine que simplemente era un día totalmente normal en mi vida.

Me desperté y esta vez supe que estaba sola pero escuchaba las voces de mi papá y mi hermano a través de la puerta.

Con cuidado me baje de la cama, tanteaba con los pies y las manos para no chocarme nada y así llegue hasta la puerta pero preferí quedarme escuchando y no abrirla.

Vico: ¿y eso que quiere decir?

Doctor: quiere decir que Mariana no volverá a ver nuevamente. Lo siento mucho

Los gritos de dolor de mi familia, el llanto, los insultos hacia dios, la vida y cualquiera que se cruzaba en su camino no hacían más que aumentar mi dolor.

Sufría por ellos, por su dolor.

Nunca más vería a mi familia, ni a mis amigos. Posiblemente olvidaría la cara de cada uno de ellos y nada me dolía más que pensar en eso.

La oscuridad se sentía fría, vacía y sabia a soledad. Y al parecer, me acompañaría el resto de mi vida.

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Hola! quiero contarles que esta historia la comencé hace unos años en el 2013 por cuestiones personales la abandoné y ahora la estoy retomando. Voy a subir hasta el capítulo 70 de manera rápida ya que estos ya han sido publicados en facebook y en mi blog. Decidí comenzar a publicarla aquí para lograr llegar a más gente aunque el plan inicial era subir novelas no dedicadas, con personajes inventados. Espero que quienes la lean la disfruten y me digan que les parece. Yo se que tiene varios errores y al releerla hace poco se que podría mejorarla pero prefiero terminarla. Sin más que decir me despido, espero que anden bien, saludos!

Ciegamente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora