Capitulo 9

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-Chicos...este es nuestro tío y se va a quedar con nosotros -resoplé.

Los chcios me miraron con el miedo dinujado en su rostro,creo que hasta a Marina se le cristalizaron los ojos. Ante esta reacción mi tío exclamó:

-Vamos chicos con más entusiasmo! Dar gracias a que no os quedais con la arpía de vuestra tía!

Le fulminé con la mirada y después me fuí con Marina y Daniel el salón mientras mi tío nos seguía y bueno a él le seguían sus gorilas.

Después de que todos a excepción de los gorilas que se situaron a espaldas de mi tío tomaramos asiento rompí el silencio:

-Bueno, quieres que te enseñe tu habitación? -me dirigí a mi tío.

Lo que no me esperaba, bueno, esperábamos era su respuesta.

-Estaría encantado Lauren, pero creo que más bien voy a tener que enseñaros yo Nueva York....

-QUE??? NO!!!! ESTAS LOCO!!!! NI DE BROMA ME MUEVO DE LONDRÉS!!!! -le chillé levantándome de mi asiento para respirar bien.

-Lauren, se ve que antes no te a quedado claro, pero aquí mando yo, y no era una proposición, era una orden -me respondió seriamente. Mañana, a las 8 a.m sale el avión asique quiero que los tres esteis listos y con todas vuestras maletas.

-Y a ti viejales, que te hace pensar que te vamos a hacer caso? -le contestó Daniel de mala gana.

-Bueno, teniendo en cuenta, que si no venís con migo os vais a quedar solos con Lauren, no tendréis dinero y acabaréis tirados en la calle....pues supongo que preferiréis venir con migo -dijo con una estúpida sonrisa en su cara que me encantaría borrar a puñetazos.

-Daniel, Lauren...creo que el tío tiene razón. Y si hay que irse, nos iremos tampoco...tenemos nada que perder -habló Marina con un hilito de voz. Era obio que no quería decir eso.

-Exacto! Y dicho esto, me voy. Mañana os recogeré a las 7 am -respondió mi tío yéndose antes de que pudieramos protestar.

Daniel chilló, Marina se fué corriendo a su habitación, y yo, adivinar que hice? Sip exacto premio para el sexy rubiales de ahí atrás, romper un vaso!

Después de tranquilizarme decidí intentar tranquilizar a Marina así que subí a ver que hacía. Abrí lentamente su puerta sin que la oyera, estaba hecha un obillo en su cama, seguramente llorando. Se me partió el corazón verla así. Me acerqué a ella y le abracé, a lo que ella se sorprendó.

-La lauren...lo siento mucho

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No me dejes caerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora