Capitulo 4

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No lo puede contener. Aunque el dolor estaba por cada milímetro de mi cuerpo, lo que no podía soportar era la rabia, rabia hacia mi misma, por no haberlo ayudado a salir de eses horribles mundo. Invadida por la rabia salí de la habitación, pude observar como el grandullón se llevaba a mi hermano y lo dejaba en el sofá. Salí a la terraza y empece a sacar toda mi rabia a gritos,puede ser que todo el mundo me mirara pero todo me daba igual. cuando di el último grito, me giré para ver tanto al grandullón de como a la señora mirándome, seguramente esperando a si ver tenia que soltar algún grito más , pero simplemente me deje caer en el suelo.

La señora se acerco a mi, se sentó a mi lado y sin querer rozo mi herida, en la que todavía no había parado a pensar. Sentí como si me clavaran algo y no pude contener una mueca de dolor.

-Hay mi vida lo siento -se disculpó la señora, con primero un tono de sorpresa y después de preocupación al ver mi pierna. Tenemos que llevarte al médico, esto no parece estar muy bien.

-NO! No quiero irme al médico. Solo quiero saber que coño ha pasado -sollocé con mi cara enterrada en mis manos.

-Yo creo tener la respuesta -se oyó la voz del grandullón que hasta entonces había articulado ninguna palabra.

Esperanzada, me levanté, con dolor, pero me levante y me dirigí a el.

-Creo que primero es sentarnos, ponernos cómodos, y llamar a tus padres -me dijo, dejándome paso para salir de la terraza y señalando con la cabeza el salón.

Me senté en un silloncito , cerca de donde estaba Víctor, aún se me partía el corazón de verlo así.

-Bien Lauren, creo que lo primero que debemos hacer es llamar a tus padres, depués, cuando vengan ellos, llamar a la funeraria, y avisar a los familiares, conocidos .... -comenzó a explicar el grandullón, con el mismo rostro impasible.

-Claro, voy a llamarlos, pero ... me temo que han destrozado la Línea -respondí alejando mi mirada de Víctor y recordando como me había encontrado el teléfono antes.

-Bueno, toma, llama desde aquí -me respondió, alargándome la mano, la que sostenía un teléfono.

Como si fuera un león a por su presa, me lancé al teléfono, lo que mas necesitaba era oír la voz de mis padres, nunca pensé que les echaría tanto de menos . Me alejé un poco del salón y marque, me salto el buzón de voz y caí en la cuenta de dónde estaban, seguirían en el avión, les quedaba todavía unas 2 horas de vuelo.

Con la cara caída de desilusión me acerque al salón, le devolví el teléfono al grandullón y me deje caer otra vez en el mismo sillón de antes.

-Están en un avión ...- susurré.

-Bueno pues creo que tenemos que llamar a la funeraria, que se lleven ql cuerpo, y cuándo tus padres estén aquí, ya será todo lo que queda -me respondió -ahora, creo que te debo algunas explicaciones.

Levanté mi rostro, aunque lo que menos me apetecía era que me hablaran ahora y tener que escuchar, sentí el deber de saber quién le había hecho y porqué eso a mi hermano.

No le respondí, pero con mi silencio, obtuvo un comienza por mi parte y eso es lo que hizo.

-Bueno, lo primero yo soy un agente del sector de las mafias y drogas. Llevábamos tiempo siguiéndole el rastro de la un tipo, Peter Larwing, parece ser un traficante de drogas. Le seguimos la pista y llegamos a una especie de edificio.

No me pude contener y le interrumpí, porque entendía nada.

-Pero, y eso que tiene que ver con mi hermano?

-Verás, en el edificio, había un despacho. En un cajón encontramos una carta, escrita por tu hermano, en ella decía que no iba a poder pagar hasta dentro de un buen tiempo por problemas económicos. Suposimos que lo que no podía pagar eran drogas, también encontramos informe de tu hermano. Tenía su nombre, dirección, y todo su historial, de eso se como te llamas. Decidi venir aquí hará una semana y ví a un hombre meter una carta en el buzón, la saqué y era la respuesta, decía que le daban un día más o moría. La volví a depositar en su lugar y me fui.

-Porque no hizo nada?! -le espeté en la cara.

-Necesitaba esperar a que llegaran y así poder detenerlo. El caso es que antes de que me diera cuenta, como no vi venir a nadie , fui a investigar al edificio y ya no quedaba nada. Larwing había huido y vine para acá enseguida, cuando te encontré.

No dije nada se me había formado un nudo en la garganta con solo pensar que ese maldito seguía ahí fuera. Me acurruqué en el sillón, enterré mi cara en mis rodillas y comencé a llorar en silencio.

Pasaron unos minutos cuando sentí un brazo en mi hombro, sequé mi cabeza al exterior y me encontré con el rostro de la señora mirándome preocupada. Aún no entendía porque se preocupaba por mi. Solo sabía que se lo agradecía, me daba confianza y apoyo.

-Cariño creo que debemos ir a que te vean la pierna. El grandullón ya ha llamado a la funeraria, ya están aquí, ya se lo van a llevar, mientras esperamos a tus padres, deberías ir a curarte -dijo intentando como convencerme ya que seguramente se pensaba que me iba a resistir.

Pero no lo hice, ya tenía suficiente panorama como para en cima tener que aguantar a una adolescente malcriada.

Me levanté de mi rinconcito, me dirigí a la señora e intente mostrarle una sonrisa de agradecimiento, aunque creo que más bien me salió una mueca, pero ella vio mis intenciones y poco a poco me ayudó a salir ya que por el dolor casi no podía apoyar la pierna. Y cuando llegamos abajo, ví como un coche se llevaba a mi hermano.


No me dejes caerWhere stories live. Discover now