Usted

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Robert no llega... aún no.

Me puse mis audífonos y coloqué la canción "9 Crimes" del cantante Damien Rice. Comencé a leer el libro que me dieron esta mañana, "El Coleccionista de Lágrimas" de August Cury, un libro increíble, interesante en todo sentido y la historia. ¡Vaya! La historia salta de párrafo en párrafo para atrapar al lector y... Cerré mis ojos.

Me dejé llevar.

En unos minutos más el timbre del colegio sonó y vi entrar a todos mis antiguos y nuevos compañeros de clase.

En los libros es ciertamente fácil deducir la trama, básicamente lo que vendrá a continuación, es una grata sorpresa cuando no te imaginas lo que está por pasar.

Y eso me pasó a mi.

El mundo a mi alrededor pareció desaparecer gradualmente en cuanto entró uno de mis nuevos compañeros, bueno, creo que es nuevo, jamás lo había visto por aquí. Tenía el cabello negro, muy negro, piel blanca, bastante alto y delgado. Miró por todo el salón hasta que su mirada se topó con la mía y su semblante cambió, venía muy serio y ahora, al empezar a caminar, traía una sonrisa gatuna entre los labios.

¡Estaba caminando hacia mi! Entre más se acercaba, más podía apreciarlo. Sus rasgos, sus ojos de un color azul bastante inusual, que al darles la luz se aclaraban o se tornaban más oscuros, que extraño, que... ¡Oh! Rayos.

Desde el momento en que entró al salón nos habíamos visto y desde ese momento no nos quitamos la mirada de encima el uno del otro, ahora él estaba frente a mi, observándome desde arriba, que lindo es. - Pestañeé un par de veces. - Quiero decir, es bastante simpático a la vista. Sin embargo, no llevaba el uniforme del colegio, llevaba ropa común, de un estilo que le iba bastante bien, una camisa azul, unos jeans de color negro junto con unos Converse algo gastados.

La pregunta aquí es... ¿Por qué?

- ¿Hayden Hunter? - Dijo él, con un tono de voz suave, pero ronco.

Nerviosa, estoy totalmente nerviosa. Su voz es hermosa, y él... Él también lo es.

- Si, soy yo. - Dije, quitándome uno de mis audífonos, tratando de parecer normal.

- Es un honor conocerla, me han hablado muy bien de usted. - Sonrió, gentil.

- Disculpa, pero ¿De qué hablas? ¿Y por qué me hablas de Usted? - Ahora estoy confundida.

- Oh, disculpe. - Se peinó el cabello hacia atrás, haciendo que prestara más atención de la que era debida. - Culpa mía, soy el nuevo profesor encargado.

- ¿Q-qué? - Estoy segura de que la cara se me fue al piso ¡Que vergüenza! Se ve demasiado joven como para ser un profesor y yo acababa de confundirlo con un estudiante. - Mucho gusto.

Me puse de pie con torpeza, casi chocando con él ¡Que tonta! Rayos. Esperen...

¡Oh! ¡Dios mío! ¿Acaso pensé que un profesor era lindo? No importa, sólo actúa normal y estrecha su mano antes de que crea que eres una loca.

- Si. - Rio por lo bajo mientras estrechaba mi mano, mirándola. Su toque es... - El gusto es mío, espero grandes cosas de usted. - ...es muy reconfortante. - Me sorprende que haya rechazado la opción de avanzar un curso, sus calificaciones son maravillosas. Será un gusto trabajar con usted. - Su sonrisa se hizo aún más grande, creo que esto es realmente una mala broma, sin embargo, tras agachar la mirada por un par de segundos y voltear, fue directo al escritorio.

- Bien. Jóvenes, muy buenos días. - En la pizarra escribió su nombre como Sr. Andrew Biersack. - Soy su nuevo profesor, espero que podamos llevarnos bien y no tengamos inconvenientes de ningún tipo, ¿Entendido? - Sonrió y en el salón se escuchó un tipo de suspiro colectivo por parte de todas las chicas, todos los chicos empezaron a murmurar. Este hombre sabía lo que era llamar la atención sin siquiera intentarlo.

Señorita Inocencia [Andy Biersack y tu] (EDITANDO).Where stories live. Discover now