Capítulo XII: Una Nueva DigiXros - ¡Demonurumon Aparece!

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—Nene Amano Li Britannia les ordena... ¡Morir!

Los ataques cambiaron repentinamente la dirección en la que fueron lanzados, para atacar a quienes habían querido usarlos en primer lugar. Una explosión se hizo presente. Al disiparse el humo, lo único que quedó de los Cyberdramon fueron los Datos.

— ¡Andando! —ordenó Nene.

Obedeciendo a las palabras de la Idol, Arresterdramon utilizó su Prism Garret para abrir las puertas del castillo. El grupo tuvo que escalar la montaña de escombros, y en menos de dos minutos estuvieron dentro de la siniestra construcción. Un grupo de Bakemon surgió de uno de los muros con la intención de arrastrar a Akari y a Tagiru hacia los rincones más oscuros, desde los que alcanzaban a verse algunos destellos de color rojo que evidentemente parecían ser pares de ojos demoniacos. Sparrowmon y Devidramon combinaron el Random Lasser y la Tormenta de Tinieblas para deshacerse de los Bakemon. Dorulumon, por su parte, arremetió contra los seres que se ocultaban en las sombras. Utilizó golpes de su taladro para derribar un muro sobre ellos, haciéndolos salir de su escondite. Se trataba de al menos ocho Satanmon. Dorulumon consiguió golpearlos en dirección a Arresterdramon para que éste pudiese aniquilarlos con un mordisco. El alto techo de la habitación quedó cubierto con los datos de los Digimon abatidos, pues era imposible que estos pudiesen irse.

El breve momento de calma se rompió en cuanto Kira tomó su DigiLector para activar el mapa holográfico. La imagen que brotó de la pantalla reflejó cada uno de los rincones ocultos del castillo, anunciando también en qué sitios estaban concentrados los enemigos. El símbolo que representaba a Airu se acercaba a toda velocidad al castillo, así como a cada paso iba acercándose más al tumulto de Digimon que se concentraban alrededor de la base del enemigo.

—Nosotros estamos aquí —señaló Kira con la punta del dedo índice en el sitio donde ella estaba señalada—. Y los prisioneros están abajo. En lo más profundo. ¿Una mazmorra, tal vez?

—Nuestros enemigos vienen desde la parte superior —informó Akari—. Si hemos de ir al fondo, tenemos que evitar a toda costa que ellos nos acorralen allí.

—Habrá que separarnos —decidió Tagiru—. Dos de nosotros pelearán contra quienes están arriba, y dos de nosotros irán a buscar a quienes están abajo.

—Pues tendremos que decidirlo pronto —dijo Kira—. Cinco Digimon malignos vienen hacia aquí.

—Tagiru y yo nos quedaremos a pelear —intervino Nene—. Kira, Akari y tú vayan a rescatar a los prisioneros.

Dicho aquello, el equipo se separó. Nene y Tagiru permanecieron con sus respectivos Digimon, tomando en su poder aquella zona del castillo. Kira y Akari utilizaron los poderes de Devidramon y Dorulumon para abrir su propio camino hacia las mazmorras.

Por supuesto, ninguno de los dos equipos tenía idea de que en ese preciso momento, estaban siendo observados por una fuerza mucho mayor que la del sujeto que reinaba en la Tierra Dragón.

Para ella era imposible caminar a través de las calles de Japón, siendo que todo lo que veía a su alrededor era muerte y destrucción. Pero, ¿qué otra cosa podía hacer? Pocos eran los sobrevivientes que se re resguardaban dentro de la escuela secundaria. Ella era una de los afortunados, junto con aquella otra chica aficionada al submarinismo y el muchacho de la camiseta de color verde. Era triste pensar que únicamente ellos tres, que ni siquiera podían llegar a considerarse como adultos, eran los únicos que aún podían hacerse cargo de sí mismos. Y era mucho peor saber que necesitaban hacer esos recorridos continuos, buscando en algún sitio de la ciudad las cosas necesarias para atender las heridas del chico aficionado a los trenes que había perdido ambos ojos.

Nene de la RebeliónWhere stories live. Discover now