Destruida

Capítulo 32. Reencuentro

Comenzamos a correr hacia los refugios más cercanos, después de dejar atrás a una herida Zully y a Shadow, Accalia corría muy cerca de Kiara, teníamos que evitar que los desterrados asesinaran a más miembros de la manada.

<<La loba de mi hermana, se parece mucho a la mía, me ha sorprendido tanto verla, ni siquiera sabía cómo reaccionar después de ver a la mía>>.

<<Por algo es hermana tuya>> —respondí mientras Accalia se colocaba a un lado.

<<¿Crees que se ha sentido ofendida porque no le he hablado? Es que yo... realmente no sé qué decirle>>.

<<Claro que no, probablemente ella tampoco sabía cómo acercarse a ti, más sabiendo que Matt es su compañero, probablemente ella cree que tú vas a odiarlo>>.

<<La abandoné Kells, ella estuvo sola tanto tiempo>> —en ese momento en lo único que pude pensar era en mi hermano, tal vez él se sintió de la misma manera cuando me vio de nuevo.

<<Estoy segura de que ella no piensa de esa manera, cuando esto acabe, tendrán mucho tiempo para ponerse al día, solo procura no ser muy dura con ella, ya sabes a lo que me refiero>>.

<<¿Crees que estará bien? Su herida sangraba mucho>>.

Ya decía yo, que no tardaría mucho en preguntar eso, era su hermana de quien estábamos hablando, su única familia.

<<Todavía tengo mucho que contarte, sería todo más fácil si pudieras ver lo que sucedió con ella como lo hiciste conmigo, pero, el día en que la conocí, ella me contó que su capacidad de curación era rápida, así que, una vez que Zully dejé salir a Luz, sus heridas sanarán, no te preocupes amiga, una vez que nos aseguremos de que todos en el refugio están a salvo, volveremos>>.

Seguimos corriendo, ayudando y sorteando desterrados, los vampiros estaban buscando a su objetivo, solo había que mirar la manera en la que se estaban moviendo, usaban a los desterrados como simples peones, no importaba cuantos de ellos sacrificaran para acercarse lo suficiente.

Estaban destrozando Luna Negra, creí que nunca volvería a ver tantas casas destruidas, el lugar donde crecí y pasé hermosos momentos con mi familia, a pesar de que durante varios años fui maltratada por varios miembros de la manada, no todos debían pagar por pecados ajenos.

Tantas familias destruidas...

<<Kells, esto no está nada bien, estamos en problemas>> —dijo Lyd, me giré hacia ella—. <<Son, son demasiados, no podremos hacerlo solas>>.

<<¿Cómo lo sabes?>> —Accalia hizo un gesto con la cabeza, señalándome un lugar—. <<¿Puedes ver sus auras?>> —ella no me contestó—. <<Increíble, no solo Luz tiene un don especial, tú también lo tienes>>.

<<No lo entiendo, yo, no se supone que pueda hacerlo>> —suspiró—. <<Esto es demasiado extraño para mí, incluso después de despertar de nuevo aquí, esperaba tener una loba normal>>.

<<¡Yo soy normal! La loca de las auras eres tú>> —chilló Accalia, si no estuviéramos en una situación tan terrible, hasta me hubiera reído.

<<Esos dones especiales, les pertenecen a ustedes, tal vez el hecho de que sean mujeres lobo influyera un poco, pero es cosa de su sangre familiar, recuerden que las dos tienen sangre de alpha en sus venas, su linaje es fuerte>> —dijo Kiara colocándose en guardia.

<<Debemos evitar que lleguen al refugio Lyd, alejarlos todo lo que se pueda de aquí, Accalia ten cuidado, sobre todo con los vampiros>> —dije y ella asintió.