Destruida

Capítulo 24. Desconsuelo

MATTHEWS

Después de interrogar a Kendra sobre el paradero de Kellsey, siguieron incontables ataques a Luna Negra, los desterrados seguían intentando entrar al territorio, pero no pasaban de ser meros rastreadores. Matthews no entendía porqué seguían apareciendo, sí, Luna Negra era la segunda manada más grande del continente, pero no tenía nada que a ellos les pudiera interesar, la mayoría de sus integrantes eran jovenes y aun les faltaba mucho para lograr llegar al nivel en el que estaban cuando sus mayores estaban con vida.

<<Ya no sé qué hacer Shadow ¿Qué demonios sucede?>>.

<<Esto esta mal, debemos ir por ellas>> —contestó serio—. <<Tienes que dejarme salir, seguiremos el rastro de Kendra, esa loba sabe más cosas de las que dice>>.

Matthews se sorprendió un poco al escucharlo, puesto que su lobo se había negado a salir desde que Kellsey salió de Luna Negra, aunque para su humano, estaba claro que la razón era Kiara.

Después de hablar con Devon y Marcos por el enlace, advirtiéndoles que tuvieran especial cuidado con Kendra, preparó todo para su partida y posterior encuentro con ellos.

Ella era fuerte, tenía que superarlo... seguía repitiéndose esa misma frase, pero cada vez que veía a Kellsey en sus sueños, de esa manera, tan lastimada, solo podía pensar que estaba en peligro de muerte, una vez más, pero esta vez, haría todo lo posible para protegerla.

Un extraño sentimiento se apoderó de él, invadiendo sus pensamientos, ya no se sentía dueño de sí mismo, rápidamente se encaminó hacia afuera, solo llevaba un par de guerreros con él, los demás se quedarían en la manada para mantenerla segura, algo le decía que no podía dejarlos desprotegidos. No con los mensajeros de la muerte rondando la zona.

Confiaba en su beta y gamma, eran buenos chicos, fueron bien entrenados, aun así, se sentía muy extraño, apenas llevaban medio camino y fueron emboscados por desterrados y vampiros, Matthews dejó salir a Shadow y mientras se ocupaba de los lobos enemigos, la noticia de que de nuevo estaban atacando Luna Negra le llegó de manera devastadora.

<<Alpha, esto no es bueno>> —dijo Gabriel.

<<Ray Petróv está en camino, pero no estoy seguro de que lleguen a tiempo>>.

Mathews maldijo para sus adentros, sus guerreros eran fuertes, los centinelas también estaban en la manada, y, a pesar de que Erick no estaba presente, los centinelas se mantenían leales a sus puestos. Shadow seguía peleando, y Matthews solo deseaba llegar a tiempo para rescatar a Kellsey.

Después de unas horas, cansados de tanto pelear, ellos siguieron su camino, sin embargo, y sin esperarlo, Kendra apareció en su camino, ella se acercó como si nada a Shadow y le pidió que dejara libre a Matthews.

—¿Dónde está? —murmuró serio, ella sonrió.

—Te lo diré con una condición.

—¿No matarte? —cuestionó Samuel Cranston, su gamma, quien también era hermano menor de Max, Kendra lo miró mal.

—¿Donde están Devon y Marcos? —cuando Gabriel preguntó eso, Matthews se percató de que estaban rodeados de desterrados.

¿De dónde demonios habían salido?

—Ah... bueno, creo que están muertos —ella chasqueó los dedos y unos vampiros arrastraron sus cuerpos ensangrentados—. Nunca me gustó tener niñeras, y tú no me escuchaste.

—¿Qué demonios hiciste? —gritó enojado, ella lo señaló y sonrió.

—Será mejor que no opongas resistencia, al parecer siguen respirando, aunque... eso puede cambiar.