Destruida

Capítulo 21. Problemas

Desperté por los besos y caricias de Ethan, como cada mañana, sonreí abriendo los ojos, la habitación estaba totalmente iluminada, lo que significaba que me había quedado dormida hasta bastante avanzada la mañana, de nuevo, los últimos días estaba durmiendo bastante. Aunque con buena compañía eso no importaba, Daniel dijo que probablemente se debía al embarazo, que no tenía que preocuparme de nada.

Después de hablarlo con Melisa, ella me dijo que podría deberse a la sanación del último fragmento del alma de Luna, y probablemente a la unión de todos esos fragmentos, ella tuvo que pasar por lo mismo con su primer hijo, pero quizás la carga sea mayor para mí debido a mi embarazo doble.

—Despierta amor, debo irme —me giré hacia él y lo abracé de la cintura, ya que él estaba sentado en la cama.

—No quiero —refunfuñé inflando mis cachetes—. Te voy a extrañar mucho —le di un beso en el brazo, él acarició mi cabeza, así que lo miré—. ¿Es que no puedes quedarte otro poquito? ¿Realmente es necesario que vayas? Cualquiera de los chicos puede ir a representarte —él frunció el entrecejo, suspiré—. Olvídalo, mientras más rápido te vayas, más rápido volverás, es solo que, es la primera vez que nos separaremos por tantos días, serán dos laaaargas semanas.

Así es, había pasado más de un mes desde la sucesión, estuve muy entretenida, con algunas cosas que hacer, entre ellas mi entrenamiento. Ya dominaba el fuego, agua y aire, solo me faltaban tierra y plata, me costaba un poco ya que Ethan estaba presente en mi entrenamiento y no me dejaba hacerlo con total libertad, él estaba siendo... cómo decirlo, muy intenso. A pesar de que entrenáramos todas las tardes.

Pese a que sabíamos de los compañeros de mis guardianas desde hacía ya mucho tiempo, con la llegada de Melisa, mi embarazo y todo lo del entrenamiento, fue dilatándolo, pero después de volver a hablar con Liam, el alpha de Agua Clara, quedó con él para ir a recogerlos. Lo que no me quedaba claro, era por qué necesitaba dos semanas para ese viaje, la manada de Liam no estaba tan alejada de la nuestra, y ellos iban a ir en coche, no deberían de tardar más de tres días en llegar a Agua Clara.

Aunque me preocupaba un poco la reacción de las chicas al verlos, en especial Dalia, había intentado hablar con ella sobre mi hermano, pero con Ethan siguiéndome a todas partes, eso fue imposible, las chicas seguían en contacto con los guardianes de Melisa, incluso tenían previsto un viaje para encontrarse con ellos, no me gustaba mucho la idea, ya que ellos aún estaban sin compañeras, pero como había dicho antes, eso era algo en lo que yo no podía intervenir.

Melisa me aclaró algunas dudas, lo que seguía sin entender muy bien, era eso de poder recuperar a alguien amado, eso seguía como un gran hueco en mi cabeza, ya que Melisa no supo de qué se trataba, ella dijo que quizás para cada sacerdotisa había algo nuevo, esperaba que Amara contactara conmigo para poder preguntárselo yo misma, pero se estaba tomando su tiempo y por culpa de mi compañero no había podido practicar para hablarle yo misma.

Le pregunté a Melisa si ella sufrió tanto como yo antes de ser sacerdotisa, su respuesta fue mucho más impactante de lo que imaginé, ella sí llegó a vincularse con su primer compañero, aunque él no llegó a marcarla, incluso se quedó embarazada, pero él murió en un ataque, protegiéndola, y su bebé también. Muchos años después conoció a Leonardo, mientras ella vagaba entre manadas buscando un consuelo para su sufrimiento... Arianhod la guió hasta él, le costó mucho esfuerzo a Leonardo lograr acercarse a una destruida Melisa, me alegraba saber que fue capaz de poder reparar una parte de su corazón.

Rose me hablaba muchísimo de bebés, estaba más emocionada que yo, incluso Ethan estaba algo ansioso y solo había pasado un mes, todavía me quedaban varios meses por delante.

—Sabes que debo ir, estaré aquí en dos semanas, te lo prometo —murmuró sobre mis labios antes de darme un corto beso—. Planeo verme con otro alpha antes de volver, por eso necesito tantos días.