𝔼𝕝𝕚
-¿Cómo has estado estos días?- me preguntó Zara al día siguiente en su consulta.
-Bastante mejor- contesté-. Creo que estoy mejorando con el tiempo.
-Eso es bueno- me dijo y asentí-. ¿Cómo van las cosas con Liam?
-Todo bien. Me está ayudando mucho a llevar todo lo que pasa por mi cabeza y la verdad es que estoy muy agradecida con él por eso. Ayer me llamó llorando por la mañana a causa de una pesadilla que tuvo sobre su pasado. Resulta que tuvo un hermano mayor y que hace cinco años el se suicidó y Liam lo encontró muerto en el baño de su propia casa- comenté y Zara se sorprendió mucho por la información que le acababa de desvelar-. La noche anterior él soñó con eso y le destrozó el hecho de que no se hubiera acordado de él en estos años .
-¿Cómo te sentiste tú cuando te contó lo de su hermano?- me preguntó.
-Feliz, porque eso significa que soy lo suficientemente importante en su vida como para que me hablara sobre una cosa que aunque no me lo ha contado, yo sé que le sigue doliendo mucho la pérdida de su hermano- contesté-.Pero también triste.
-¿Por qué te sentiste triste?- cuestionó encarnando una ceja.
-Porque aunque no me guste admitirlo, yo me intenté quitar la vida hace semanas de la misma forma que su hermano- su rostro cambió a uno de sorpresa, pero decidí seguir hablando-. Cuando ayer me contó lo que vivió con su hermano me puse muy triste, porque lo quiero más que a nadie en el mundo y le hice sufrir mucho ese día que él debió de pensar que me perdería de la misma forma en la que perdió a su hermano. Me dolió mucho hacerle sufrir de esa forma, porque yo lo amo y no quiero que nunca lo pase mal.
Me quedé unos minutos en silencio. Zara miró la hora en el reloj que había en una de las paredes de la sala y habló de nuevo.
-Nos quedan solo unos minutos, por lo que no nos da tiempo a hablar sobre tu intento de suicido, pero es una conversación que se nos queda pendiente para nuestra próxima sesión- asentí-. Mi última pregunta es ¿Cómo vas con el tema de las autolesiones?
-Mucho mejor desde que me instalé una aplicación que me va contando el tiempo que llevo sin cortarme. Llevo un mes.
-Enhorabuena- me felicitó.
-Gracias. Nos vemos el jueves.
-Por supuesto. Adiós, Eli.
Me despedí de Zara y salí de su consulta, donde Liam me estaba esperando.
-Hola Oasis- me saludó dándome un casto beso en los labios.
-Hola Liam- hablé con una sonrisa.
-¿Qué tal te ha ido con Zara?- cuestionó interesado en mi bienestar.
-Todo bien.
Seguimos hablando sobre temas sin importancia, hasta que llegamos a su casa. Subimos a su habitación y lo primero que vi cuando cerró la puerta fue un tablero de corcho y un sobre.
-¿Qué es todo esto- cuestioné interesada al ver que el sobre tenía varios nombres como el de mi padre, mi tío e incluso el amigo de mi padre. El papel que contenía el nombre más grande era el de mi hermana.
-Esto es para resolver el misterio de la desaparición de Nayara. He ido escribiendo algunos nombres de sospechosos y con hilo y chinchetas vamos uniendo todos los puntos, con coincidencias y demás hasta que solo nos quede una persona y sea esa.
-Vale- dije y empezamos a unir nombres con cabos sueltos que se iban dejando.
Aunque fuera confuso, todos estaban conectados de alguna forma, pero finalmente logramos llegar a una de las personas que parecían estar detrás de esto.
-El médico que nos dijo que mi hermana había fallecido sin causa aparente- exclamé y de repente todo empezó a cuadrar en mi cabeza.
Él fue el que nos dijo que Nayara estaba muerta, pero nunca nos dijo cómo. Cuando encontró la carta, no avisó a la policía- cosa que es ilegal no hacer en Barcelona-. Estoy completamente segura de que él está aliado con mi padre y tiene algo que ver con la desaparición de mi hermana.
Una hora después ambos estábamos en la recepción del hospital donde trabaja el médico llamado Antonio.
-Hola- hablé a la chica que trabajaba en la recepción del lugar.
-Buenos días- contestó con una cálida voz.-¿Qué necesitáis?
Liam, al ver que yo me había quedado bloqueada sin saber que decir, me apretó la mano en señal de que estaba conmigo y continuó hablando.
-Venimos a una cita con el médico Antonio Zamora- contestó con voz firme.
Ella comenzó a teclear y mirar el ordenador por unos segundos, hasta que negó con la cabeza.
-Lo sentimos mucho, pero aquí no trabaja ningún Antonio Zamora y revisando en los datos de los hospitales de la zona, tampoco hay nadie que se llame así.
Ambos nos quedamos muy sorprendidos por su respuesta. Así que despúes de fingir que nos habíamos equivocado de lugar, nos marchamos del lugar.
Esto no nos podía estar pasando. Alguien nos estaba intentando borrar todas las pistas que teníamos. Y yo tengo una idea de quién puede ser.
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C͜͡u͜͡a͜͡n͜͡d͜͡o͜͡ l͜͡a͜͡s͜͡ e͜͡s͜͡t͜͡r͜͡e͜͡l͜͡l͜͡a͜͡s͜͡ s͜͡e͜͡ a͜͡p͜͡a͜͡g͜͡a͜͡n
Romance𝐌𝐢 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐧𝐨 𝐞𝐫𝐚 𝐩𝐫𝐞𝐜𝐢𝐬𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐥𝐨𝐫, 𝐬𝐢𝐧𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐥𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐫𝐢𝐨. 𝐍𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐦𝐞 𝐫𝐞𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐧𝐚𝐝𝐢𝐞, 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐩𝐢𝐞𝐧𝐬𝐚𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐲 𝐫𝐚𝐫𝐚, 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐮𝐧 𝐝𝐢...
