Llevo un tiempo pensando que podría volver a intentar desaparecer, total no le importó a nadie. Pero no debo hacerlo. No puedo. Tengo que quedarme porque ahora tengo un motivo, a Liam.
He encontrado a alguien que me quiere aún teniendo cicatrices y no le importa como soy, simplemente lo hace. Así que no puedo hacerle eso, tengo que ser fuerte.
Pero no me vendría mal saber defenderme un poco por si lo necesito en algún momento. Es por eso que estoy en el gimnasio de al lado de la casa de Liam, porque he decidido apuntarme a artes marciales.
Sé que sonará un poco raro, pero no quiero volver a sentirme insegura otra vez, así que me voy a apuntar y voy a aprender a defenderme yo sola.
Entré el gimnasio y fui hasta recepción.
-Hola, ¿que desea? - me dijo una chica de unos cuarenta años detrás del mostrador.
-Hola. Me gustaría apuntarme a hacer artes marciales- hablé.
-Claro, hay una clase en cinco minutos, ¿querrías ir a probar y luego ves si quieres seguir?
Asentí y me indicó el lugar donde se iba a dar la clase.
La clase comenzó y lo primero que me enseñaron fue la pose y cómo pegar un puñetazo bien. Lo que había que hacer era colocar las piernas a la altura de los hombros. En este caso la pierna de delante que era la izquierda iba flexionada y la derecha que iba detrás va estirada completamente. La guardia la tenía que poner elevando la mano izquierda y la derecha la tenía en un puño en la cadera. Cada vez que el profesor contaba, tenía que sacar la mano derecha y lanzar un puñetazo al saco simulando que era la cara del adversario, mientras que la mano de delante, pasaba a estar en la cintura.
Así lo hice varias veces hasta que cambiamos de mano y pierna y finalmente de ejercicio.
La clase fue de una hora más o menos, y la verdad esque aprendí muchas cosas, así que he decidido seguir yendo.
Dos horas después, estaba en la consulta de Zara, ya que hoy me tocaba de nuevo.
-Hola- dije según me senté.
-Hola Eli, ¿cómo has estado? - me pregunta con su cálida voz.
-Bueno... He tenido días mejores que estos- me limito a responder.
-¿Y eso por qué? - pregunta ella.
-Pues por todo la verdad.
-¿Te has vuelto a hacer daño a ti misma? - me pregunta.
-No- respondo.
-¿Cómo te has sentido estos días?
-Pues mal, pero no sabría explicar la razón.
-¿Has hablado con alguien sobre cómo te sientes? - cuestiona.
-No- digo bajando un poco la cabeza-. Me cuesta mucho expresarme.
-Entiendo- dice mientras apunta algo en una libreta-. Creo que ya sé lo que vas a hacer.
-¿Qué? - pregunto.
-Vas a comprar una libreta o cuaderno y quiero que cada vez que te sientas mal por algo o alguien, lo escribas ahí. Cada vez que nos veamos, yo miraré lo que has puesto para ayudarte, ¿te parece?
-Está bien- hablo.
Un rato desp, salgo de la consulta y voy hacia casa de Liam.
💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫💫
Al llegar, llamé al timbre y me abrís te enseguida.
-Hola Oasis- dijiste con una sonrisa
-Hola, vengo a decirte algo.
-Claro, pasa- me deja un hueco para que entre y yo lo hago y me dirijo a su sofá.
-Liam... Lo he Estado pensando y creo que lo mejor es que... - intentaba que mi voz no sonará entrecortada- que lo dejemos.
-Pero, ¿por qué? - pregunta- Si yo te amo.
-No puedes amarme- digo.
-Si que puedo.
-No, no puedes amar a alguien que está rota por dentro- sigo.
-Dices todo eso, sin embargo, no me has visto irme y créeme cuando te digo que no tengo intención de hacerlo.