Estábamos Beatriz y yo en la sala de espera, ansiosos por tener respuestas sobre Nayara.
Hace unas horas estaba bien y de repente cayó al suelo y su corazón dejó de latir.
Unos quince minutos después, llegó Eli, que al vernos corrió a nuestro lado.
-¿Qué le ha pasado? - preguntó con lágrimas en los ojos.
-No estamos muy seguros, cariño- le dijo Beatriz y le explicamos resumidamente lo que había pasado.
Se sentó a mi lado y yo le pasé un brazo por su hombro para que se sintiera más tranquila.
-¿Familiares de Nayara Moreno? - preguntó un doctor.
Nosotros nos levantamos y le seguimos.
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𝔼𝕝𝕚
Fuimos en silencio hasta la puerta donde nos indicó el doctor y entramos, seguido de él.
-No entendemos muy bien qué ha pasado, pero sintiéndolo mucho, la pequeña ha fallecido hace ocho minutos.
Por esas palabras hizo que cayera al suelo mientras comenzaba a sollozar.
No podía ser verdad. Tenía que ser una broma de mal gusto. Por favor que lo fuera. Mi hermana era mi único motivo por el que seguía adelante. Es imposible que ella está muerta.
-¡No, no no! - comencé a alterarme-. Ella tiene que estar viva, ella no está muerta, estaba bien hace un rato.
Intenté acercarme a la camilla donde estaba tumbada mi hermana, pero Liam me retuvo acercandome a él.
-¡Suéltame- le grité y comencé a forcejear, pero sólo conseguí que me apretara con más fuerza.
-Oasis, respira- me intentó tranquilizar, pero sólo consiguió que me pusiera más nerviosa.
-¿Cómo puedo estar tranquila si mi hermana está muerta? - le pregunté- Explícame como puedo seguir adelante si se ha ido la única persona por la que me levantaba todos los días y me mantenía en pie.
Sabía que gritando no iba a conseguir nada, pero no podía hacer otra cosa a parte de eso y llorar con mucha fuerza.
Volví a intentar apartarme de él, pero no lo conseguí y noté un pinchazo en el brazo, haciendo que viera todo negro y perdiera la conciencia.
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𝕃𝕚𝕒𝕞
Cuando Eli cayó en mis brazos, el médico continuó hablando.
-No quise decir nada antes, ni tampoco se lo he dicho a la policía, pero encontramos esta nota en su bolsillo del pantalón y quiero que la lean.
No podía creer que el padre de Eli fuera tan gilipollas como para matar a su propia hija pequeña solo como una advertencia.
Esa persona no se merece ni haber nacido.
Le dimos las gracias por todo al doctor y nos fuimos a casa con Eli.
Al llegar Beatriz se puso a hablar con una funeraria para el funeral y yo me quedé al lado de Eli esperando a que se despertara.
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𝔼𝕝𝕚
Cuando abrí los ojos, me encontré a Liam a mi lado, haciendo que los recuerdos de lo que había pasado hace un rato me cayeran como un balde de agua fría.
Antes de que él se fuera cuenta de que ya había despertado, me levanté y lo abracé mucho.
Comencé a llorar lamentándome la pena de mi hermana.
Liam trazó círculos en mi espalda con el fin de calmarme y lo logró, ha que mis sollozos cesaron después de unos segundos.
-¿Estás mejor? - me preguntó y yo asentí.
-Me ha comentado Beatriz que el funeral será mañana, ¿te ves con suficiente fuerza para que vayamos o prefieres que nos quedemos aquí?
-Tengo que ir- le respondí-. Lo haré por Nayara. Él sólo asintió y se quedó en silencio hasta que decidí hablar.
-Te pido una cosa.
-Claro, dime- habló.
-Por favor, no quiero volver con Alexander, me trata como su sirvienta y no me siento nada cómoda con él. Además me dijo que si no le obedecía habría consecuencias y eso era lo que siempre me decía mi padre- le dije-. Él se parece mucho a mi padre y me da miedo, al igual que él.
-Pues claro, Oasis- me dijo con una sonrisa-. Luego se lo decimos a Beatriz y seguro que nos ayuda a solucionarlo.
-Gracias- respondí.
-No hay de qué, por cierto. Antes no te lo quise decir, pero encontramos esto en un bolsillo de Nayara, eso parece ser de tu padre para ti- me dijo y me tendió una carta que cuando leí, hizo que me enfurecieron y mucho.
-No le entiendo- dije y volví a llorar-. No entiendo por qué es tan mierda de persona que solo me quiere ver sufrir y por eso mató a una persona inocente y lo peor es que lo admite y dijo que seguirá haciéndolo.
Me tranquilizó con más cariciaa, hasta que de nuevo, dejé de llorar.
-¿Tienes algún plan para hacer contra él? - le pregunté.
-No estoy muy seguro de si funcionará, pero tengo una idea- respondió con firmeza.