V3.7 DE GUATEMALA A GUATEPEOR

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Volumen 3. Capítulo 7. De Guatemala a Guatepeor.

Llegó un nuevo día a la isla en donde nos encontrábamos atrapados, realizando un examen completamente absurdo. No han pasado muchos días desde que despertamos aquí por primera vez, pero mi reloj interno ya se estaba acostumbrando a tener que despertarse a determinada hora para que podamos comenzar nuestro día con una ventaja respecto a los demás equipos.

Sin embargo, pese a decir todo esto, lo que hoy me despertó no fue mi reloj interno que indicaba que era hora de levantarse; tampoco fueron los alegres cantos de los pájaros revoloteando por el cielo azul; ni siquiera fue el sonido de las hojas de los árboles y arbustos que eran mecidas por el suave viento que soplaba; y mucho menos fue el horrendo calor característico de una mañana de verano en una isla desierta.

Lo que me despertó, si bien fue una dulce voz, esa dulzura característica de ella no estaba presente en esta ocasión. Más bien era como si estuviera a punto de explotar de rabia y llanto acumulado.

"Ayanokouji-kun, despierta, por favor."

Decidí dejar de hacerme pendejo y salí vestido con la ropa que he usado todos estos días de prueba, pero que sorprendentemente todavía no apesta – o tal vez ya no soy capaz de percibir el olor-. Fuera de mi tienda de campaña me estaban esperando las tres personas restantes de mi equipo, y ninguno de ellos parecía tener una expresión alegre.

"¿Qué pasa con esas caras largas?"

Kayoko, quien era la líder de la expedición matutina abrió la boca para hablar, pero ninguna palabra salió de ella; en cambio, algunas lágrimas dejaron de estar retenidas y corrieron libremente desde sus lagrimales, pasando por sus mejillas y encontrando su final en el frío piso de la isla. Lo que sea que esté ocurriendo aquí era más que problemático.

"Ayanokouji..." Al ver que Ishikura no podría hablar en ese estado, Akito, la mente más calmada de los tres, decidió expresarlo por su cuenta. "Hemos sufrido un robo."

"¿Perdona?"

"Nos han robado varias de nuestras pertenencias."

Un robo. Hace varios meses que no escucho esa palabra. La última vez que sufrí de un robo fue un mes antes de que mi nueva vida en Japón comenzara. Mientras iba paseando con una chica, un asaltante con cuchillo intentó atracarnos. Claro está que no era rival para mí, así que lo desarmé pronto y todo resultó bien.

- Aviso parental: Ayanokouji Kiyotaka, su servilleta, no promueve este tipo de acciones; niños no lo intenten en casa. Si un asaltante les pide sus cosas, dáselas y no pongas en riesgo tu vida y la de las personas que te acompañan. -

"¿Puedes explicarte mejor?"

Claro que sé lo que es un robo y entiendo más o menos la situación en la que estamos, pero me hace falta cinco pesos de contexto para entenderlo todo mucho mejor. ¿Qué les robaron? ¿Cómo se dieron cuenta? ¿Han encontrado alguna pista? Todo eso son cuestiones que quiero saber.

"Bueno... Todo comenzó con Ishikura-san..."

Akito siguió hablando, pero en cuanto mencionó a la chica de pelo morado se detuvo de golpe. Probablemente ella sea la persona más afectada con todo esto, así que es normal que dude decir por su cuenta lo que sucedió. Aunque claro, si ellos dos lo saben, decirme a mí no debería ser un problema.

"¿Kayoko...?"

La chica de pelo morado se limpió las lágrimas de los ojos y de un momento a otro me abrazó como si su vida dependiera de ello. Estos últimos días nos hemos acercado mucho más que en los anteriores meses, aunque de una manera un tanto extraña. Supongo que ahora ve en mí una figura en la cual puede llorar libremente sin miedo a sentirse juzgada por ello.

KIYOPON... ¿¡LATINOAMERICANO!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora