V3.3. LAS FLIPANTES FLIPA-AVENUTRAS DEL FLIPA-GRUPO 8.

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Volumen 3. Capítulo 3. Las flipantes flipa-aventuras del fipa-grupo 8. (Segundo día).

La mañana llegó más pronto que tarde. Los rayos del sol abrasador traspasaron la fina tela de las tiendas de acampar; actuando como un despertador natural. No pudimos prepararnos para un reto así, por lo que tener la tecnología a la que estamos acostumbrados era imposible. En cierto sentido agradezco que el sol me haya despertado apenas salió.

Tomé una de las Tabletas que la escuela preparó para nosotros y comencé a juguetear con ella. Ayer decidimos que una de estas me las quedaría yo; Akito no quiere saber mucho de estas cosas e Ijuuin simplemente todavía no afrontaba la realidad. La segunda Tableta se la quedó Kayoko, quien la necesitaba más que otros.

Miré el mapa de la Isla. No puedo ver donde están los otros campamentos, pero al menos podíamos ver nuestra ubicación y establecer un punto de Control para que no nos perdamos en todo este inmenso territorio desconocido.

No sé cómo les fue a los otros, no creo que esta isla sea tan benigna para todos los grupos, pero nosotros tuvimos un buen golpe de suerte. Nuestro campamento está en lo alto de una montaña, cerca del nacimiento de un río, por lo que el abastecimiento de agua no sería mucho problema para nosotros.

'Creo que será mejor hablar de esto con todos.'

Si vamos a vivir en este lugar por varios días necesitamos de un plan de supervivencia pronto y efectivo. Cómo movernos a lo largo y ancho de la isla, roles que cada uno debe realizar en estos días, higiene, espacio personal, etc.

Además, aunque hemos estado aquí desde ayer e hicimos todos los preparativos necesarios, hoy comienza oficialmente el examen de la Isla, por lo que es muy probable que miembros de otros equipos vengan a investigar el terreno; nosotros deberíamos hacer lo mismo.

Sabiendo que esto era mejor hablarlo con todos reunidos, me levanté y salí de la tienda de campaña tan austera que nos brindaron. Caminé hasta donde el mapa marcaba que estaba el nacimiento del río en busca de refrescarme un poco antes de que todos los demás se levanten y tener que actuar como un líder capaz.

Cuando llegué allí, la vista me dejó asombrado. Era una zona de claro de bosque, con algunos árboles menos frondosos a su alrededor, dejando como principal y único atractivo la formación rocosa que estaba en uno de los extremos. A lo largo del hueco de 3 metros de ancho un camino de agua cristalina corría lenta, pero constantemente, a través de él. Había algunos pequeños pececillos nadando libremente, lo que le daba una vista de mucha más naturalidad.

Sin embargo, en este momento el río no era el único atractivo del lugar. Allí, con una postura despierta y sin nada de sueño en ella, Kayoko estaba de rodillas a un lado del río. No podía verla a la cara, pero había pocas estudiantes con su complexión física y ese largo cabello morado que brillaba con el sol.

A su lado estaba una de las tantas ollas que la escuela nos proporcionó para cocinar adecuadamente, era la más grande de todas. En su interior había una gran cantidad de botellas de agua, que hasta ayer estaban vacías, hasta el tope de líquido. No era muy difícil saber lo que estaba haciendo, pero me sorprendió un poco

"¿Qué haces aquí, Kayoko?"

Para hacerla consciente de mi presencia hablé con ella. Lo hice en un tono tranquilo, calmado y suave para que no causara un miedo en ella, pero aun así dio un pequeño y lindo saltito por la sorpresa que se llevó al escuchar mi voz.

"Ah, Ayanokouji-kun, buenos días. Me diste un gran susto. Estoy recogiendo agua para todos nosotros."

Me saludó con una gran sonrisa en su rostro. No deben ser más de las 6:30 de la mañana, pero ella ya tenía una actitud alegre y servicial de medio día; me sentí celoso. Se levantó y señaló la olla llena de botellas de agua, la cual era evidentemente demasiado pesada como para que su cuerpo tan pequeño pudiera levantar.

KIYOPON... ¿¡LATINOAMERICANO!?Où les histoires vivent. Découvrez maintenant