𝟑𝟔

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HABÍAN PASADO EXACTAMENTE UNA SEMANA DE QUE LLEGARON A PINAMAR, Eva y Feli tenían muy poco tiempo para estar solos

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HABÍAN PASADO EXACTAMENTE UNA SEMANA DE QUE LLEGARON A PINAMAR, Eva y Feli tenían muy poco tiempo para estar solos.

Si ella no estaba con Fran o Simon, Feli estaba con Mati y Santi; si los dos estaban juntos, también estaban Juani, Matias y Blas.

Cada oportunidad que Felipe tenía de burlarse de Matias por lo que había dicho lo hacía, el las primeras veces se ponía colorado de la vergüenza y le pegaba en la espalda.

Pero después le empezó a chupar un huevo, decidió que Blas y Juani también tenían que ser los hijos para que la familia sea funcional y el no se aburra siendo hijo único.

―Vos estás más delirante que de costumbre.―El de ojos azules fruncía el ceño.―Eva no es su mamá y gracias a dios ustedes no son mis hijos.

―Que forro que sos.―El de rulos negros se cruzó de brazos mientras lo miraba serio.

―¿Vos también te estas sumando a su flasheo colectivo Blas?.―Lo miro mientras suspiraba.―Son los tres unos boludos.

Se fue de ahí mientras aguantaba una carcajada, todo era tan bizarro que le resultaba gracioso.

―¡Gordo!.―Se dio vuelta y fue rodeado por los brazos de Eva.―¡Te estuve buscando por todos los pisos que existen!.

―Hola linda.―Felipe le acaricio el cachete con el pulgar y dejó un pequeño beso en su frente.―Estaba con los chicos, encima no sabes lo que me dijeron.―Eva le prestó atención.―No solo Matias piensa que es nuestro hijo, si no que ahora también se ve que adoptamos a Blas y a Juani.

La pecosa se empezó a reír y Feli la siguió.―Somos una familia numerosa, nos falta un perro y ya esta.

―Con los que supuestamente son nuestros hijos yo creo que ya es suficiente.―La abrazó por la cintura y empezaron a caminar.―¿Vamos a la playa un rato?.

―Bueno, pero mira que al mar yo ni loca me meto.―Lo miró seria y el asintió.―Si queres un poquito, pero solo en la orilla.

―Como vos quieras gorda, yo me meto hasta donde a vos te guste.

Entraron a su habitación, sorpresivamente nadie estaba ahí; se prepararon las cosas de playa y se vistieron acordes a la situación.

―Te tenes que poner protector gordo, te va a hacer mal si no.―Eva esparcía la crema en la cara de su novio mientras que él hacía muecas.―Sos muy blanco y tenes que ponerte bastante, así que no rezongues más.

Felipe se quedó quieto y dejo que la chica siguiera poniéndole, apenas terminó tuvo la intención de sacárselo todo pero la mirada amenazante de su novia hizo que no se tocara ninguna parte de su cuerpo que tenía protector.

―¿Ya podemos ir?.―Eva asintió y Feli agarró las cosas más pesadas, comenzaron a caminar hasta la playa.

―Mati me dijo que están todos allá.

𝐏𝐄𝐀𝐂𝐄; 𝗳𝗲𝗹𝗶𝗽𝗲 𝗼𝘁𝗮ñ𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora