Acepte salir con Angelique por que Benjamín haría que salga con guardaespaldas y eso era peor.
Aparte me servía por que así no manejo yo y lo hace ella.
— ¿Trabajaste? – le pregunto.
— deje de hacerlo cuando me case con Jean, poco a poco se fue adueñando de mi – ¡esos hombres son los peores!.
— ¿De que trabajaste? – me mira y detiene al auto.
— maneje el área de relaciones publicas de una empresa pequeña en París que era donde estábamos viviendo.
Mi cabeza me dio dos pequeñas ideas, o en realidad solo una.
— ¿entonces si tienes experiencia? – la pregunta es estúpida pero es parte de mi plan.
— obvio, he pensado en buscar trabaaaa...
— no te puedo ofrecer el puesto exacto de relaciones publicas pero encontraremos algo para ti, no te preocupes por el trabajo, luego iremos a que te contraten y recuerda que no necesitas de ningún hombre para salir adelante, yo te ayudaré y pronto podrás instalarte aquí en Italia y empezar de nuevo, cuando te sientas lista yo te puedo ayudar para que tramites tu divorcio y no se te pueda acercar ni a ti ni al pequeño – que inteligente soy.
— prometió que si me iba de su lado me quitaría a mi hijo – baja la mirada.
— estamos a salvo, ves ese chico casual de ahí – señaló.
— ¿qué pasa con el?
— es nuestro guardaespaldas en cubierta, ya lo conozco – se ríe y me mira.
— ¿por que tanta seguridad?
— también tuve un enemigo y nos causó mucho daño a Ben y yo recientemente – respondo.
— lo siento, las malas personas aún existen.
— no importa, compramos al juez si ese tal Jean se quiere pasar de vivo contigo – digo.
— estas siendo buena Erin y no se, no te quiero causar molestias ni a ti ni a Benjamín.
— antes que la esposa de ese soy mujer y se cuales cosas no debemos hacernos entre mujeres, aun que con doble intención esto que estoy haciendo me sale del corazón.
— ¡gracias! – sonríe y me da su mano.
La tome.
...
El momento de irnos a dormir estaba tan cerca, solo faltaba dormirnos.
— ¿Haremos público el embarazo? – pregunta Ben acariciando mi panzita.
— si pero no ahora, ya cuando empiece a notarse – respondo.
— que feliz me siento, ojalá sean niñas los dos – ¡qué!.
— ¡niños! – respondo.
— mejor un varón y una nenita — ay.
— y si.
— Te das cuenta — se queda en silencio.
— ¿De?
— hace unos meses perdimos a nuestro bebé que por estas fechas ya debería estar naciendo y ahora la vida nos premia con dos – si lo pensé.
— me da nostalgia – susurro.
— también debemos anunciarlo con nuestra familia, por ahora solo lo sabe tu amiguita pero debemos hacer algo bien para que todos se lleven tremenda sorpresa – habla y habla.
— pero pequeño y entre nosotros los más cercanos.
— ¿cuatro padrinos? – cuestiona.
— por mi parte Made y León – grito.
— lo bueno es que son dos, por que te haría pelea para que Lucas entre en los padrinos... Entonces por mi lado Amelia y Lucas – ok.
— pero aun son pequeños, hay que pensar más bien en como darles la noticia a tus padres y a mi mamá, me gustaría que mi papá esté conmigo en este momento – y llore.