trece

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Estaba muy confundido, Erin se veía muy feliz con la idea de que seríamos papás, ¿como nos pudo hacer esto?.

— Erin quiere verte – me dice Amelia.

— yo no – respondo y continuo sentado.

— mira Pavard, te levantas y entras ahí, Erin es tu esposa y prometiste estar con ella en las buenas y en las malas, no la vas a dejar sola ahora – me dice Madelaine.

— Erin se provocó un aborto, tu debiste apoyarla en esta situación, tu debes ser quien debe estar apoyándola – le grito.

— estas idiota, ninguno de los de aquí sabíamos que Erin estaba embarazada, te falla el cerebro como siempre no, nunca cambiaste – me agrede.

— basta, no es momento de pelear, Benjamín debes hablar con Erin – me dice Amelia.

— Amelia y Made tienen razón – me dice Lucas poniendo su mano en mi espalda.

— ¡no puedo! – respondo y bajo mi mirada.

Mis papás llegaron al hospital y me abrazaron cuando me vieron, estaba decepcionado de la mujer qué más amo en este mundo después de mi mamá.

— ¿ya la viste? – pregunta mi papá.

— aun no – digo.

— ¿puedo?

— ve.

Lucas chasqueo y todos se cruzaron de brazos molestos, todos comprendían a Erin pero nadie a mi.

Erin Evers

Benjamín no me quería ver ni de fondo de pantalla en su celular, estaba pensando estupideces de mi y me sentía mal, me ganaba la decepción de saber que sigue siendo el mismo idiota de siempre, que duda y desconfía de mi.

Quisiera que mi papá esté conmigo y me abrace, poder llorar en sus brazos y que me consuele.

— ¡hija! – me dice Frederic desde la puerta.

— hola – susurro y tomo asiento.

Me dolía aun demasiado el vientre, pero eso podía ser físico comparado a como me estaba destrozando mentalmente, había perdido a mi bebé.

— ¿como estas? – pregunta.

— aun puedo respirar – contesto y se ríe – mal, Ben no me quiere ver y me esta dejando sola ahora que más lo necesito.

— le esta afectando la perdida de su hijo, trata de entenderlo – toma mi mano.

— ¿Y quién me entiende a mi? – lloro – esto se está yendo a lo serio y Benjamín ni si quiera me da la cara, sigue siendo un cobarde...

— ¿Qué fue lo que pasó?.

3 días después...

Llegue a casa con Made y Amelia, de Benjamín no sabía nada y ya me había decepcionado lo suficiente como para buscarlo, pero el idiota tenía mi celular.

— ¿Nadie se ha enterado de esto? – pregunto.

— callamos a la prensa y a todos los que podían exibihirte Erin, todo está bajo control – responde Amelia.

— Made necesito que me hagas un favor, ahí – señaló – toma esa nota, también abajo en el estudio hay un documento de Isaac, necesito que la lleves donde un grafologo y lo estudien lo más rápido posible.

Asintió y se tomó enserio lo de lo más rápido por que se fue enseguida.

— ¿Qué estas pensando? — me pregunta Amelia.

— no me hubiera provocado jamás el aborto Amelia, uno de mis más grandes sueños ha sido ser madre, no hubiera hecho eso nunca y Benjamín también lo sabe, es solo que esta tonto como siempre – digo y me recuesto.

— ¿Qué ha pasado en los últimos días para que...

— lo del accidente y cuando nos enteramos del embarazo fue provocado, hay un investigador privado trabajando con nosotros y lo ha comprobado, no he bebido nada que pudiera atentar contra mi vida o contra la de mi bebé, no de forma consciente – interrumpo y me mira.

— ¿entonces?

— cuando me desperté al día siguiente encontré una taza de té a mi lado, la iba a beber pero por muchas cosas lo evitaba, luego si lo tuve que tomar y minutos seguidos fue cuando empecé a sentirme mal...

— ¿Quién te dio el te? – pregunta.

— Benjamín, que ahora ya no se si fue el pero como podrían burlar la seguridad de la casa y entrar a ponerme una trampa – sufro.

— ¿solo eso? – arquea una ceja.

Lo analice todo detenidamente, no había nada más que estuviera pasando por alto, el dolor que sentía no me dejaba procesar todos los acontecimientos, por que esto era muy fuerte para mi y no tener sus brazos para apoyarme me estaba lastimando.

No recuerdo nada más que pudiera haber pasado.

— ¿tienen cámaras no? – pregunta Amelia.

— si – digo y le doy una sonrisa.

— hay que verlas entonces.

Con cuidado por que tenía que estar en reposo fuimos hacia el estudio y tomamos asiento, revisamos las cámaras de ese día y a las 8:50 am Ben bajaba a la cocina con una sonrisa, de los muebles de la isla saco un te y lo puso a preparar, luego se fue a preparar su maleta, regreso y sirvió el té, a eso de las 9:30 subió y lo dejó, no teníamos cámaras en la habitación por que ajá pero si había sido el.

— es confuso sabes, ¿De que era el te? – pregunta.

— de manzanilla – digo.

— tal vez estuvo caducado en las últimas compras que hicieron – dice.

— eso no hubiera provocado el abort... Las compras Amelia, Benjamín y yo no las hicimos – me asustó y le miro – ¡Susana! – grito.

La chica apareció de inemdiato y me miro.

— ¿tu hiciste el pedido de compras que llego esa noche que preparamos la comida? – pregunto.

— no señora, nunca he trabajado bajo pedidos, pensé que había sido usted o el señor – contesta.

— Amelia ve por el cartón de té, necesito que traigas eso para acá – me pongo ansiosa.

Ya empecé a temblar y ahora quería llorar pero estaba bien aún, todo estaba bien aún que estuviera muy mal y muerta en vida.

Amelia llego con el cartón aquí y si era manzanilla, y solo estaba menos un té.

— no entiendo nada – dice.

— nos llego un pedido de compras que ni Ben ni yo habíamos hecho y ambos pensamos que lo había hecho Susana pero no, necesito que mandes a analizar eso, debe estar alterado o algo – grito.

— voy niña, no te estreses, esto parece de película.

Quiero mi celular ahora.

Ya después a mi marido, quiero el maldito celular para enfrentar esta situación y llegar a fondo, pensé que no tenía enemigos pero así como hay alguien que me está haciendo la vida imposible a mi, así mismo, lo haré yo.

𝓘𝓷𝓮𝓯𝓪𝓫𝓵𝓮 ; Benjamín PavardWhere stories live. Discover now