veinticuatro

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Erin Evers

Tenía problemas mentales y mucho frío, solo quería pasar durmiendo y acobijada, el frío en Alemania es hermoso pero terrible.

Tocaron el timbre de casa y me levante en contra de mi voluntad, mire por la ventana antes de abrir y puse la sonrisa más tonta del mundo, era mi amiga.

— ¡Madeeeee! – grito al abrir la puerta y la abrazo.

— amigaaaa, me costó mucho convencer a Ben de que me dijera donde estas – responde y reímos.

— gracias a Dios que veniste, me estoy volviendo loca – afirme.

— pues ya llegue y tu amado envió esto para ti, pero es mejor que lo habrás cuando estés sola.

Le ayude a entrar y dejamos sus cosas a un lado, mire la fundita de regalo y me sentí muy feliz, no sabía que había dentro pero el detalle me había dado hasta nostalgia, Dios lo extraño tanto.

...

Finalmente estaba sola en la habitación, mi amiga se estaba duchando así que podía observar el regalo de Ben. Lo abrí y saque una cajita qué dentro tenía una cadena de plata doble y le decoraban un dije con una E y una B, era muy hermoso.

Mire la caja de nuevo y saque un sobre, saque una hoja doblada y luego vi la carta, me puse a llorar con solo verla, quería abrazarlo tanto.

Cuando te vi me enamoré y se que fui un tonto con el tiempo pero la vida me dio la oportunidad de demostrarte lo que de verdad significas para mi, tuve que perderte para darme cuenta que eras lo que quería por el resto de mi vida, mi amor incondicional y la que estuvo conmigo en los mejores y peores momentos sin pedir nada a cambio.

No hay un corazón que te ame más que yo, doy gracias a Dios que estamos los dos y amarte en la guerra bajo las estrellas es lo que haré hasta que seamos dos fantasmitas mi amor, te extraño y me muero por estar a tu lado, estos obstáculos los vamos a superar juntos y de la mano, te amo mi vida, con mi vida y más que a mi propia vida.

Siempre, pase lo que pase, seamos lo que seamos, siempre me tendrás.

Te amo.

Benjamín

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Llore, pero odiaba las palabras del final por que si no es hasta que la muerte nos separe, no quiero nada.

Jajaja mentira.

Le escribí una carta de regreso, que se la daría cuando nos veamos finalmente, luego tuve que ponerme feliz por que Made salió y si me veía llorando me iba a dar un discurso terrible de amor propio.

— yo digo que hay que ver una peli llorona – me dice.

— ¿ideas?

— así en la tierra como en el infierno querida – ay no.

— acepto – digo.

— y la primera que le de miedo pierde – nos reíamos.

— primero hay que a buscar todo lo necesario que empieza la película y yo no me levanto ni a prender la luz.

días después...

Finalmente el celular de Madelaine sonó, habíamos logrado una gran amistad con ya saben quien, pero la noticia que espere por 7 días finalmente llego.

— los cargos hacia Erin y Oliver fueron levantados, se iniciará una investigación, Erin puede regresar y ahora debemos enfocarnos en levantar las empresas – ¡terrible!.

— lloro – grito.

No escuche más y me fui a empacar, no pensaba en nada más que llegar a Italia a la de ya para estar con el amor de mi vida.

— ya compre los boletos Erin – me grita Made.

— en 10 minutos salimos.

No quería ser una mal educada así que salí rápidamente a buscar a Ariel y que lindo fue sentir aire puro.

— ¡Erin! – me dice.

— soy libre, tengo que volver a Milán ahora, quería darte mi número para que no perdamos contacto – digo.

— claro, me alegra que no te hayas ido sin despedirte – contesta.

Lo anote en su celular y luego de eso fuimos hacia la casa, nos ayudo a subirnos y se ofreció a llevarnos al aeropuerto, no nos negamos por que queríamos ir rápido y hasta que viniera el taxi y todo ya me iba a hacer vieja a mis 23.

𝓘𝓷𝓮𝓯𝓪𝓫𝓵𝓮 ; Benjamín PavardWhere stories live. Discover now