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𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐄𝐑𝐑𝐎

El aroma tentador de la cocina invadía el aire mientras Vanessa, se movía entre los utensilios y los ingredientes dispuestos sobre la mesa. Aereon, su pequeño príncipe, descansaba tranquilo en sus brazos mientras ella se entregaba a la tarea de preparar pasteles de arándanos y uvas.Al apenas llegar a la fortaleza Aemond le dicto lo sucedido con Helaena, Aemond le había dado su espacio, pero habían pasado 8 horas desde aquello y Vanessa se había llevado consigo a Aereon, ambos estaban en la cocina, Vanessa no paraba de preparar pasteles.

El suave ruido de la masa siendo amasada resonaba en la habitación, acompañado por el sonido ocasional de Aereon emitiendo pequeños sonidos . Kevan y Cardan, habían buscado por todo el castillo antes de dar con la ubicación de la reina por orden de Aemond. Al llegar a la cocina, quedaron sorprendidos por la escena. Vanessa lucia perfecta, su vestido impecable y su cabello en su lugar.

Había demasiado orden, estaba muy ordenada, eso solo significaba una cosa, había un desastre dentro de ella

—Mi reina, hemos estado buscándola por todo el castillo —anunció Kevan con respeto, notando la tranquila concentración de Vanessa en su labor.

Vanessa alzó la mirada con una sonrisa suave y asintió a modo de saludo. Cardan, detrás de Kevan, observaba la escena con sorpresa.

Justo en ese momento, Aemond entró en la cocina. Su mirada se encontró con la de Vanessa, y la preocupación se reflejó en su ojo violeta. Sabía que algo no estaba bien.

—Llamen al maestre —ordenó Aemond a los dos guardias en un tono bajo.

El aura de la cocina quedó atrás cuando Aemond y Vanessa se encontraron a solas . Aemond, con una expresión sombría, se despojó del chaleco y dejó los tres primeros botones de su camisa abiertos. Su cabello, normalmente cuidadosamente peinado, estaba ahora alborotado , el no habia ocupado su tiempo en lucir bien, el se había encargado de supervisar el encarcelamiento.

Tomando a Aereon con cuidado de los brazos de Vanessa, Aemond se aproximó a ella con pasos lentos . La masa que ella manipulaba con gracia fue colocada a un lado, y Aemond,la envolvió en un abrazo cálido. 

—Vanessa...Mi Nessy —susurró Aemond, buscando su mirada—. ¿Qué sucede?—

Vanessa, sintiendo la firmeza de los brazos de Aemond a su alrededor, dejó que la máscara de fortaleza se desvaneciera. El unico ojo violeta de Aemond reflejaban su preocupación.

—Es demasiado, Aemond. Todo es demasiado —murmuró Vanessa, permitiéndose mostrar la vulnerabilidad—Helaena... ella... dioses no me puedo ni imaginar lo que tuvo que pasar... por mi culpa —

Aemond acarició suavemente la espalda de Vanessa,besó la frente de Vanessa.

—No fue tu culpa no tenias como saberlo Vanessa— dijo Aemond y en ese momento ella se separo de su abrazo.

—Tienes razón, no tengo la culpa... la tiene Otto, tu abuelo y tu madre— Dijo Vanessa, se dio media vuelta y empezó a caminar en dirección a la salida pero sus piernas le fallaron pero por suerte Aemond fue rápido y la logro sostener.

[...]

—Majestad, noticias de Desembarco — hablo un hombre interrumpiendo la reunión que tenía Daemon y algunos lords.

—¿Rhaenys?— preguntó Daemon y el hombre asintió.

—¿Mi abuela? ¿Tienen noticias de ella?- Pregunto Baela notablemente preocupada.

Daemon miró a sus hijas, Baela y Rhaena, con dureza antes de responder. 

—Dejen la habitación, ahora todos ustedes —ordenó con firmeza, su voz resonando con autoridad en la sala.

De Fuego y Cenizas Where stories live. Discover now