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𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 𝐀𝐍𝐃 𝐓𝐄𝐀𝐑𝐒

Alicent empezó a reclamar por el ojo de Aemond, con justa razón, su hijo había sido mutilado y su cuenca ahora estaría vacía, no tendría nada en aquel ojo, solo vería con uno. Al parecer el había llamado bastardos a Javaerys y Lucerys, razón no le faltaba pero si solo se hubiera guardado esos comentarios...

Lucerys había tomado una daga y le había quitado el ojo, pero el motivo principal fue un dragón.¿robado?, era tonto, los dragones no se roban, se reclaman, si habláramos de robar dragones ¿Porque a Vhagar no lo había reclamado Rhaenyra?, al final había sido el dragón de su abuelo o incluso porque su padre no lo había tomado. Vhagar era más de ella misma si hablábamos en esa forma puesto que era la primogénita de Daemon y aunque a Vhagar la había tomado Laena si hablábamos de "domar dragones" como robar, Aemond no había hecho nada distinto.

No era la culpa de el que una de esas niñas no tuviera un dragón y no tuviera la valentía de domar a uno como el lo había hecho.

—Estarás bien — dijo Vanessa — Me sorprendiste, al parecer eres más fuerte de lo que pensaba — sonrió

Aemond estaba más que gustoso de escuchar a Vanessa hablar de ese modo, le gusto y quería escuchar más halagos de ella hacia el, si ella quería alguien fuerte se convertiria en una bestia que nadie pueda detener solo para que ella lo mirara y le hablara de tal forma.

—Aemond necesitará una prótesis — dijo el maestre.

Viserys parecía no hacer nada, no le daba importancia a su hijo que estaba herido y le dio la razón a Rhaenyra. Todo parecía quedarse sin resolver, Vanessa volvió a mirar a Aemond cuando escucho un ruido, un grito de niño como en su sueño, giro, una daga, idéntica a aquella pesadilla.

La reina se había abalanzado contra Rhaenyra reclamando el ojo de Lucerys, el niño gritaba, nadie intervenía, las dos mujeres iban y venían como si de una danza se trataba, una detenía y otra empujaba. Fuego y venganza.

Rhaenyra le murmuró algo a Alicent y esta se hizo para atrás no sin antes cortar con la daga el brazo de Rhaenyra, una herida profunda que no tardo en empezar a brotar sangre. Era normal que las mujeres se asustaran al ver brotar la sangre pero Vanessa estaba fascinada, miró como la sangre goteaba, incluso un indicio de sonrisa se marcó en la comisura de sus labios al ver como la sangre manchaba el suelo.

No supo con exactitud cuando había empezado a hablar el rey pero solo capto cuando mencionó su nombre.

—Vanessa irá a la ciudadela— escucho como hablo el rey —Claro esta que necesita mejor educación, no es posible que la princesa estando casada esté esperando a otro príncipe en la oscuridad de la noche.

Solo tenia 10 años, la idea de acostarse con alguien más que no fuera su esposo no cruzaba por su cabeza. Acostarse por placer no sabía que significaba, solo sabía que la reinas y princesas se acosaban para procrear. ¿Para que procrearia con Aemond, el no era su esposo ?

La mirada de Vanessa se dirigió a la de su padre, esperaba a que el dijera algo pero cuando sus miradas se encontraron Daemon quito la mirada de ella.

La había dejado sola.

Entendió en ese momento que solo ella podría ser la que podría ver por su propio futuro y destino, sus uñas se apretaron en la palma de su mano y sintió dolor en la palma.

—Daemon, Viserys — hablo Alicent lo que hizo que todos la miraran —Vanessa estará mejor en la fortaleza roja —

Daemon se rio.

—¿Ves a esa joven allí? —Daemon señalo a Vanessa —Es una verdadera lástima, sus modales son como los de una cabra.Necesita educarse más, no puedo creer lo que heredó de ella.Es un lastre para la familia, eso es lo que yo veo—

De Fuego y Cenizas Where stories live. Discover now