𝟲𝟯| 𝗠𝗬 𝗕𝗔𝗗.

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No podía apartar la mirada de su rostro, su ojo derecho estaba morado y tenía un corte en la ceja, su labio inferior aún seguía ligeramente hinchado y parecía que aún tenía ganas de sangrar un poco. Parecía que había salido de una guerra pero no me decía nada, sólo se vestía con calma, como si nada hubiera pasado y no le importara el dolor que sentía.

Me quedé callada y me envolví en la manta, estaba acurrucada en la cama junto a Penny, quien estaba jugando en su móvil debajo de las sábanas. Sentía un frío terrible, afuera la lluvia caía con fuerza, era un día gris y triste, el hotel estaba en silencio, sólo se oía el estruendo de los rayos, como si el cielo quisiera llorar conmigo. 

─Te voy a extrañar mucho, mi amor. ─dijo Steph acercándose para abrazarme con fuerza─. Ojalá pudieras acompañarme al aeropuerto, pero con esta tormenta no quiero que te resfríes. 

─Sí, lo sé, papi. ─musité aspirando el aroma de su cuello─. Yo también te voy a extrañar, mi vida. ─añadí acariciando su cabello.

─Pero no te preocupes, sólo me voy a demorar un par de horas, ya sabes que aquí en San Francisco el tráfico se pone pesado cada vez que llueve y tampoco es que sea más sencillo todo el tema del aeropuerto, pero no te preocupes, voy a estar bien.

El castaño se separó de mi para poder enfocar el reloj en su muñeca.

─Celia ya debería estar aquí. ─dijo rascándose la barba con algo de preocupación.

─No sé por qué insistes en pedirle que me cuide, no soy una bebé, Steph.

─Sí, sí, sí eres una bebé, Cissy. ─dijo tomándome de las mejillas y no pude evitar apretar los dedos de los pies al sentir el contacto con sus manos heladas─. Eres mi bebé. 

Y luego de eso, me dio un beso en los labios.

─Ya no estás para andar de un lado a otro, amor, tienes que descansar, recuerda que no estás esperando sólo un bebé, son dos. ─suspiró y miró con frustración el gran bulto que hacía Penélope bajo las mantas─. Y no sé para qué contraté una asistente, si ahora hay que conseguir una asistente extra para que las atienda a las dos.

─¡Oye, te estoy escuchando muy bien desde aquí! ─respondió la otra rubia que estaba escondida del frío como una tortuga dentro de su caparazón. 

El castaño puso los ojos en blanco y negó lentamente.

─Cissy, esto es lo menos que puedo hacer por ti, tú eres la mujer de mi vida y la madre de mis hijos, nada es suficiente cuando se trata de ti, cariño. ─y me dio otro beso en los labios─. Te amo.

Sonreí y le devolví el beso tras no poder emitir una palabra al sentir que se me ruborizaron las mejillas.

─Está bien, ve con cuidado y llámame cuando llegues. ─dije tratando de sonreír. 

─Bien, bien, está bien. ─me dio un último y rápido beso, se puso de pies y se acercó a tomar la cangurera con sus cosas─. Pero escucha, Cissy...

De la nada, su expresión se tornó tan seria que no pude evitar asustarme un poco.

─Hay algo que necesito hablar contigo, algo importante. ─tomó aire con fuerza por la nariz y lanzó una mirada fugaz al bulto de Penny─. Pero... será después porque se me hace tarde.

No pude evitar fruncir el ceño y la curiosidad apareció de inmediato causando que me levantara un poco sobre la cama para poder verlo mejor.

─¿Qué pasó? ─insistí de inmediato─. ¿Es algo malo? 

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