𝟯𝟯| 𝗚𝗢𝗟𝗣𝗘 𝗗𝗘 𝗦𝗨𝗘𝗥𝗧𝗘.

789 102 61
                                    

Estaba nerviosa y emocionada a la vez, me encontraba sentada en el lobby del hotel esperando a que llegara el auto que Stephen había alquilado para llevarme al hospital. Mañana sería el último partido en Memphis y él estaba más preocupado por mi que por ganar el juego.

Después de la pelea con Rachel, él empezó a insistir con que me hiciera un ultrasonido para asegurarnos de que todo estuviera bien.

─Steph, basta, le harás un cráter al suelo. ─dije intentando calmarlo mientras lo veía pasearse de un lado a otro, mirando su reloj cada dos segundos.

Estaba impaciente por llegar al hospital lo más pronto posible y asegurarse con sus propios ojos de que no hubiera nada malo con el bebé, porque según él, el estrés de la discusión me pudo haber afectado. 

─Escúchenme bien. ─mencionó deteniéndose frente al mostrador y hablándole a algunos de los empleados con voz firme─. Quiero que aumenten la seguridad y no dejen entrar a esa mujer bajo ningún concepto.

Oh Dios mío.

─Está loca y puede llegar a ser peligrosa, yo tengo a una mujer embarazada conmigo y no puedo permitir que le pase nada malo, ¿Entendido?

Los empleados asintieron con expresión seria.

─Gracias. ─musitó el castaño y luego regresó su atención en mi dirección─. No te preocupes, Cissy, todo va a salir bien.

Incluso parece una mentira que hace unos días estaba casi llorando por Rachel.

─Dios, qué calor hace, me recuerda al verano en Nueva York. ─una voz junto a mi casi me hace dar un brinco del susto.

De la nada, un vaso gigante apareció frente a mi rostro. 

─¿Qué es esto? ─pregunté confundida.

─Pensé que debías tener hambre, así que decidí comprarte esto.

Era Celia, misma que extendía un nevado de yogurt con trozos de fruta y granola en mi dirección. Se veía delicioso, pero también era... demasiado grande.

─Oh... gracias. ─dije por cortesía, aunque realmente no tenía mucha hambre.

¿Qué había pasado exactamente? Sólo tuve una pelea con Rachel, no era para tanto, pero aún así parecía que Celia ahora quería ser mi mejor amiga.

─De nada. ─contestó posándose a mi lado mientras le daba un sorbo a su café, el cual se me antojó mucho más que el yogurt─. Oye, Cissy, ¿Sabes qué? En cuanto volvamos a San Francisco podemos ir juntas a mi spa favorito, ¿Qué te parece?

─¿Un... spa? ─repetí sin darle crédito a mis oídos.

─Sí, sí, tienen unas piedras que se conservan en vapor y también aceites que huelen exquisitos, te relajarán mucho y te harán sentir como quinceañera.

─Eh... no sé, supongo que...

─¡Vamos, chica! ─me interrumpió entre risas, cosa que me hizo caer en cuenta que era la primera vez que la veía tan feliz─. Además, así podremos conocernos mejor y ser más amigas.

No supe qué responder, no tenía nada en contra de Celia pero tampoco sentía mucha afinidad con ella, era demasiado... seria y elegante para mi gusto, me recordaba a mi madre. 

─Sí, supongo que eso sería... divertido. ─me esforcé por sonreír.

Era muy extraño que de repente quisiera estar tan cerca de mi, como si hubiera conseguido su aprobación después de lo que pasó con Rachel, pero no sólo de ella, sino también del resto de las wags. Ahora todas iban detrás de mi, me hacían más cumplidos de lo común y habían empezado a regalarme cosas, como jabones, dulces, cremas corporales y productos para la cara costosísimos, incluso me ofrecieron prestarme sus bolsos de edición limitada, dijeron que sólo bastaba con pedirlos y serían míos. 

NO ES TUYO, ES NUESTRO © » 1M8.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin